Nancy Díaz Larrañaga, Pilar Ramírez de Castilla y Pablo Bilyk |
La reconstrucción metodológica de un camino*
Contenido
Introducción
El Análisis cualitativo de entrevistas con Atlas/ti
Operaciones analíticas
Los relatos de vida de los adultos platenses
Memorias y reflexiones en torno a la técnica del grupo de discusión
A modo de cierre
Bibliografía
Notas
Palabras clave
Metodología, técnicas, socialidad, temporalidades, cambio social
Introducción
Investigar en el campo de las ciencias sociales no resulta una tarea sencilla. Investigar, de por sí, no lo es. Sin embargo, en otros campos disciplinares a veces puede diseñarse un proyecto de investigación que se ajusta cabalmente a lo que luego los integrantes del equipo realizarán. Aquí no se presenta opción a la modificación en la marcha, sino que se desarrolla el plan ya escrito.
En comunicación, el camino suele ser menos certero, aunque no menos riguroso. Por lo general, el proyecto que el investigador plantea posee grandes lineamientos, a veces bastante específicos, del futuro desarrollo de su investigación, aunque difícilmente uno se encuentre con un diseño totalmente cerrado de la misma. Lo anterior no tiene que ver con la falta de “cientificidad”, sino con la especificidad misma del objeto de estudio. Objeto que se compone, en parte, de sujetos y subjetividades, expresándose social /cultural/ económica/ política/ comunicacionalmente.
Es por ello que la verdadera investigación se evidencia en el hacer mismo de la investigación. Y este hacer se conforma en el diálogo entre el aspecto teórico, el objeto empírico, los objetivos de la investigación y el constructo metodológico.
Dado que en otros artículos de esta misma publicación desarrollamos ampliamente el andamiaje teórico, en este apartado nos detendremos en el aspecto metodológico, reconstruyendo la toma de decisiones que el equipo fue tomando en el transcurso de la investigación.
El proyecto tuvo como objetivo indagar las posibles relaciones entre las representaciones sociales de la temporalidad y el cambio o la invariancia de las prácticas sociales de los jóvenes y los adultos de la ciudad de La Plata. Para ello se planteó un proceso complejo que pretendió analizar de qué manera las representaciones sociales de las temporalidades conforman las diversas identidades (y se dejan constituir por ellas), anclando el análisis en los procesos de socialidad que dichas identidades y representaciones co-constituyen como modos relacionales. Desde aquí, la pregunta central intentó dar cuenta de si esos modos de socialidad, en tanto modos comunicacionales, están vinculados mayormente con prácticas reproductivas o potenciadoras del cambio social.
Esta investigación, como ya se enunció, se realizó con sujetos jóvenes y adultos de la ciudad de La Plata, analizando cada grupo etario en sí mismo y en sus modos relacionales, que posibiliten una posterior comparación, intentando identificar regularidades y disrupciones de estos modos constitutivos/comunicacionales.
El Análisis cualitativo de entrevistas con Atlas/ti
Una de las técnicas utilizadas fue la entrevista, en este caso con el apoyo del software denominado Atlas/ti. Si bien su uso nos posibilitó obtener información pertinente de carácter estructural, también constituyó un importante insumo para la implementación de técnicas complementarias.
Nuestro corpus fue construido con 50 entrevistas realizadas a sujetos jóvenes y adultos cuyo lugar de residencia fuera el casco urbano de la ciudad de La Plata. Específicamente, se seleccionaron dos grupos etarios, a fin de posibilitar una posterior comparación entre ambos grupos. En consecuencia, la mitad de las entrevistas fueron realizadas a jóvenes de ambos sexos de entre 18 y 30 años, y la otra mitad a adultos, también de ambos sexos, cuyas edades oscilaban entre los 45 y 60 años. Los dos grupos etarios están delimitados por la hipótesis de correlacionar a los jóvenes en tanto supuestos “hijos” y a los adultos en tanto supuestos “padres” del grupo etario jóvenes.
En función de garantizar la pluralidad, se buscó que todos los sectores sociales del casco urbano platense estuvieran representados, considerando, -además-, lugar de residencia, ocupación, nivel educativo y nivel socioeconómico.
Para decidir a quién o a quiénes entrevistar, se utilizó el efecto “bola de nieve”, que consiste en ampliar progresivamente los sujetos de la muestra partiendo de los contactos proporcionados por otros sujetos.
La población en estudio se fue construyendo a partir del criterio de saturación de las categorías investigadas[1], es decir, se volvió al campo material para obtener más datos, hasta que el dato adicional recolectado, no agregara información significativa a lo que ya se tenía.
Para la realización de las entrevistas se elaboró un protocolo semi estructurado con el fin de asegurar que los temas claves sean explorados. No se trataba de un guión fijo, sino de una guía que nos permitiera recortar y cubrir los ejes indagados.
En una primea instancia el cuestionario fue probado en el campo material en función de evaluar la pertinencia de las preguntas y posteriormente re estructurado a partir de las dificultades encontradas[2].
La totalidad de las entrevistas fueron grabadas en soportes analógicos y digitales, lo que posibilitó un registro fidedigno de lo efectivamente dicho por los entrevistados y su posterior desgrabación textual.
Operaciones analíticas
Para el análisis de las entrevistas desde una perspectiva cualitativa, se implementó el programa informático Atlas/ti. El uso de esta herramienta, no pretendía automatizar el proceso, pero sí facilitar el trabajo agilizando las actividades implicadas en el análisis y la interpretación.
Básicamente, el proceso de análisis con Atlas/ti implica la interface entre dos niveles que a continuación se detallan:
1) Nivel textual: En este atapa se creó una Unidad Hermenéutica, a la que se ingresó los Documentos Primarios, es decir, las entrevistas para su análisis, una vez preparados los documentos de acuerdo a los requerimientos del programa[3].
En simultáneo se agregaron “Comentarios”, a cada Documento Primario con los datos que identificaban a cada entrevistado: edad, sexo, formación, ocupación, tiempo de residencia en La Plata, entre otras variables.
El siguiente paso fue la creación de Citas (Quotations). Una cita es un fragmento de texto identificado por el analista por su significado. Implica, por lo tanto, una primera reducción de los datos que son los Documentos Primarios. El segmento de texto seccionado puede ser de cualquier longitud (palabra, frase, párrafos) de acuerdo al interés del análisis.
El paso siguiente fue la creación de Códigos (Codes). Los códigos son palabras claves que remiten a conceptos o categorías de análisis determinadas por el equipo de investigación. Un mismo código puede incluir múltiples citas, y una misma cita puede estar marcada por distintos códigos.
Como la codificación puede realizarse a diferentes niveles de especificidad, primero creamos códigos genéricos como por ejemplo: socialidad, identidad, temporalidad, cambio social, invariancia, etc.; para después “abrir” cada una de estas categorías al crear sub códigos más específicos.
En esta etapa, como el trabajo de codificación se realizó entre varios analistas, fue necesario, a fin de ser rigurosos, explicitar y poner en común qué se entendía por cada uno de los códigos construidos, sosteniendo los mismos criterios durante todo el proceso de análisis y, para ello, se elaboró un glosario de términos.
Durante todo este proceso cada analista fue creando sus Anotaciones (Memos). Este elemento de la Unidad Hermenéutica permite un mayor control del proceso de análisis, ya que no sólo podemos describir en él los objetivos generales y específicos de la investigación, el protocolo de las entrevistas, entre otros, sino también dar cuenta de cuestiones más específicas como: explicaciones de las relaciones encontradas, notas recordatorias, conclusiones preliminares, justificación de los procedimientos utilizados, etc. Todas estas anotaciones constituyeron un insumo importante para la posterior realización de informes.
En definitiva, el nivel textual nos permitió sistematizar e integrar toda la información disponible, facilitando su organización, búsqueda y recuperación.
2) Nivel conceptual: Este nivel implica analizar los elementos creados mediante el agrupamiento de algunos componentes de la Unidad Hermenéutica; el establecimiento de relaciones de diferentes tipos entre los componentes y la elaboración de representaciones gráficas.
Es necesario aclarar que en esta fase nos encontramos con diversas limitaciones operativas y tecnológicas[4], por lo que continuamos trabajando de manera manual en interrelación con lo producido en soporte informático.
En esta segunda etapa, procedimos a analizar textualmente y por separado a cada grupo etario, en busca de regularidades y disrupciones en base a las categorías y sub categorías que fuimos construyendo en la etapa anterior.
Este abordaje nos posibilitó observar las particularidades de cada uno de estos grupos platenses, al ponerlos en relación permitió indagar de manera trasversal las representaciones temporales que construyen, la conformación de identidad y los modos de socialización.
Las entrevistas se constituyeron en datos sustanciales para la investigación, brindándonos un primer acercamiento analítico. Sin embargo, considerábamos que todavía nos encontrábamos en una etapa exploratoria. Es así que decidimos trabajar en paralelo en la implementación de dos técnicas más: los relatos de vida y los grupos de discusión. Cada técnica estuvo destinada a un grupo etario en particular, aunque el insumo a partir del cual se elaboraron los protocolos lo proporcionaron las entrevistas. Es decir, los datos y los análisis derivados de las entrevistas nos abrieron nuevos interrogantes, que si bien rescataban las preguntas iniciales, profundizaban las búsquedas por grupo etario.
Los relatos de vida de los adultos platenses
Una de las búsquedas se detuvo en los adultos. Aquí, aparecían como significativas las variaciones de las representaciones según las diversas temporalidades del relato en las entrevistas. Se hacía evidente un antes y un después en sus modos de entender el mundo, pero las entrevistas solo nos mostraban la punta del iceberg.
Contemplando que trabajaríamos con adultos, hombres y mujeres de 45 a 60 que viven en La Plata (casco según la delimitación del proyecto de investigación), consideramos que la técnica del relato de vida era apropiada para este abordaje.
De la lectura interpretativa de las entrevistas en profundidad realizadas en 2009, surgió la necesidad de indagar en dos aspectos: por un lado el peso de las instituciones en los procesos de socialidad e identidad, y por el otro la transformación del espacio público.
Retomar la trayectoria de los sujetos a partir de las relaciones con las instituciones, nos permitió indagar el peso de la institucionalización de las prácticas y los modos en que las instituciones conforman temporalidades sociales. Por otro lado, al trabajar con sujetos adultos, posibilitó transitar las experiencias en un tiempo biográfico mayor, lo cual nos permitió visibilizar las representaciones en torno al espacio público y el cambio social.
Si bien nos referimos al relato de vida como técnica, el mismo se inscribe en el denominado enfoque biográfico. Este enfoque recupera la tradición de la sociología interpretativa y su trabajo a partir del interaccionismo simbólico, la etnometodología y la fenomenología, particularmente. Desde estos antecedentes, el enfoque biográfico se sustenta en el relato de sujeto en tanto discursividad que se construye desde la mirada subjetiva a partir de los encuentros sociales con otros sujetos. Es decir, nada de lo que el sujeto diga es meramente individual, sino social, ya que incorpora la intersubjetividad de la trama social. Por dicho motivo, se justifica la indagación de una persona, en tanto que su relato dará cuenta de la trama intersubjetiva y social.
Cabe aclarar que el relato de vida se diferencia de la historia de vida. Esta última pretende la reconstrucción íntegra de la vida de un sujeto, mientras que el relato de vida se ancla en ejes o tópicos. En el caso de nuestra investigación, dichos ejes fueron las coordenadas temporales, el espacio público, el cambio social y las instituciones sociales (trabajo, educación, familia, entre otras) dado que las mismas demostraron tener un peso específico en la conformación de las prácticas de socialidad[5].
Al trabajar con la memoria del sujeto, y lo que el sujeto quiere contarnos en su relato, se respeta la construcción discursiva del mismo, respetando olvidos o supuestas “falsedades”.
Como se enunció anteriormente, se trabajó con sujetos adultos, hombres y mujeres de 45 a 60 años que viven en el casco de la ciudad de La Plata. Se retomó, asimismo, el criterio de saturación donde la cantidad de entrevistados estuvo dada por la saturación de las categorías teóricas alcanzadas. La cantidad de relatos obtenidos alcanzó a trece.
El protocolo indagó acerca de:
- la relación entre el espacio público y las instituciones
- cómo piensan / sienten / viven los adultos el espacio público y cómo lo definen
- si hay un sólo tipo de espacio público o son muchos
Para realizar las entrevistas de los relatos, los entrevistadores no debían conocer en profundidad al entrevistado ya que condicionaría las repuestas logradas. La totalidad de las entrevistas fueron grabadas, lo que permitió una desgrabación textual. Si bien se comenzó con la misma pregunta en todas las entrevistas, se continuó por el eje que el entrevistado resaltó más. A ese eje se lo recorrió diacrónicamente y se fue pasando de eje en eje.
Se interpeló al entrevistado como protagonista, invitándolo a contar sus experiencias y no la interpretación de las experiencias de los demás. En este sentido, la técnica no busca constituir un relato analítico sino vivencial.
A partir del análisis de la primera serie de entrevistas y los emergentes que de esta lectura se destacaban, se definió que la técnica de Relato de Vida iba a realizarse teniendo ciertas categorías que no se indagarían directamente sino que funcionarían como atravesamientos ligados a las vivencias del entrevistado. En tal sentido, por un lado se tuvo en cuenta las diferentes configuraciones temporales en relación con las diferentes etapas etarias nombradas de manera genérica como, Infancia, Juventud y Adultez.
Por otro lado, se propuso otra serie de atravesamientos que son los que de alguna manera construyeron el protocolo de entrevista y que ponen en consideración haciendo un seguimiento de los recorridos institucionales de los sujetos que, en una primera instancia, habían aparecido como claros estructuradores y configuradores de la socialidad, identidad y constructos temporales de los sujetos. En este caso se identificaron instituciones e instituyentes como la residencia, el trabajo, la educación, familia, ocio y consumos culturales.
Memorias y reflexiones en torno a la técnica del grupo de discusión
En el marco del proyecto de investigación llevado adelante, la decisión por la incorporación de nuevas técnicas de abordaje, luego de atravesada una primera etapa de discusión y aproximación al objeto desde la observación y las entrevistas semi-estructuradas, responde al menos a dos planos del proceso llevado adelante: Una profundización en el acercamiento a las problemáticas trabajadas, generando nuevas lecturas y sumando complejidad a la comprensión de los modos de estar juntos, y también una consolidación en la formación del grupo de investigadores, incorporando en sus “cajas de herramientas” una técnica más para complejizar los abordajes.
Tal como enunciáramos en los párrafos anteriores, a partir de los significativos avances generados desde las entrevistas realizadas, se lograron importantes acercamientos a las representaciones construidas por estos sujetos acerca de las temporalidades, el espacio público, el cambio social (y su reverso: la invariancia), entre otras categorías disparadas por el trabajo de campo. La sistematización de este abordaje arrojó profundas lecturas sobre las significaciones construidas, pero desde las técnicas puestas en juego, no se permitía pensar e indagar cómo se constituyen estas nominalizaciones en tanto discursos grupales, como producto de pujas e interrelaciones a partir de la presencia de un otro –distinto del/a entrevistador/a-.
En función de esto, la decisión por generar aproximaciones al problema de investigación desde las dinámicas de los grupos de discusión, generó un enriquecedor diálogo acerca de los aportes, inconvenientes, alcances y limitaciones de esta herramienta metodológica, para “hacer hablar a la realidad” desde las preguntas planteadas. Una primera discusión giró en torno a la nominalización, y sus diferentes connotaciones, de esta técnica de investigación.
La idea de grupo de discusión se encuentra emparentada en gran medida a la de Focus Group, y en muchos casos se las presentan como sinónimos. Esta proximidad demandó un trabajo de indagación acerca de las diferencias y similitudes entre una técnica y otra, con el fin de comprender críticamente los modos en que cada una de estas herramientas visibilizan y obturan las problemáticas indagadas.
El diálogo y la reflexión crítica sobre estas técnicas, que en principio se presentarían como análogas, permitió reponer una serie de diferencias sustanciales que evidenciaron cómo la génesis, evolución y objetivos buscados por el Focus Group y el grupo de discusión, se correspondían con paradigmas absolutamente diferentes.
En términos sintéticos, el grupo de discusión se propone un abordaje en términos analíticos complejos, que a partir de los diálogos permitan problematizar los entramados de sentidos que subyacen a cada afirmación. Mientras tanto, el Focus Group entiende que los enunciados son sólo significados, no se preocupa por lo que de éstos puede inferir el investigador a partir de su abordaje, sino que se preocupa por sus significaciones literales.
Desde el Focus Group, la principal atención estaría puesta en lo que los discursos denotan, mientras que el grupo de discusión releva lo que los diálogos denotan, pero principalmente se preocupa por pensar lo que éstos connotan, lo que nos permiten reflexionar acerca de las significaciones imaginarias de los participantes.
En definitiva, el Focus Group se propone construir consensos y neutralizar las discusiones entre los participantes, en torno a las problemáticas trabajadas y, mecanismos que se condicen con sus aplicaciones a la investigación de mercado. Por su parte, el grupo de discusión posiciona al investigador en la preocupación por generar disensos que permitan a los participantes de la dinámica, dialogar y poner en juego sus significaciones imaginarias, luchando por indagar detrás de lo que, en términos de Erwing Gofman (1981), llamaríamos “las máscaras”.
A partir de estas discusiones, el trabajo de investigación se centró en pensar y organizar la realización de los diferentes grupos de discusión a realizar. El grupo de investigación consensuó la organización de estos espacios de discusión, en términos de una dimensión etárea. Se trabajó con jóvenes de entre 18 y 25 años que viven en el casco urbano de La Plata con el objetivo de propiciar un espacio de diálogo y discusión, que permitiese romper con las inhibiciones construidas en la instancia de entrevista donde emergen en torno a esa técnica diferentes temores por su asociación con la idea de un “examen”.
Se lograron realizar nueve grupos de discusión. Cada uno de ellos contó con dos coordinadores y en algunos casos también hubo un observador. Las reuniones fueron grabadas con el consentimiento de los participantes.
A partir de estas definiciones establecidas hacia el interior del grupo, se profundizó en la confección de una pauta que permitiese abrir el diálogo y el debate en torno a las áreas de interés que el proyecto de investigación se propone pensar, poniendo el foco sobre las preguntas acerca de los usos y apropiaciones del espacio público y las nuevas tecnologías. Focos definidos que permitiesen pensar, en términos generales, los modos de estar juntos de estos jóvenes, y sus relaciones con lo espacio/temporal.
De esta forma, las diferentes experiencias de los grupos de discusión, dispararon las intervenciones de los asistentes a partir de los siguientes interrogantes: ¿Cómo se divierten? ¿Con quiénes se divierte? ¿En qué momentos? y ¿Qué papel juegan allí las tecnologías?
Estas indagaciones, en cada uno de los grupos de discusión coordinados, dieron inicio a un proceso de diálogo con los participantes que permitieron comprender complejamente los sentidos construidos en torno al espacio público y al uso de las tecnologías, desde las nuevas dimensiones que la técnica permitió visibilizar.
La dinámica del grupo de discusión propició la intervención inicial de los jóvenes, en principio, en términos particulares, pero adquirió su mayor riqueza analítica a partir de los diálogos que con el correr del ejercicio se consolidaron y sostuvieron por los participantes.
La técnica permitió, a partir de organizar y conformar un espacio de “pares”, un acercamiento a diferentes dinámicas cotidianas de los jóvenes, con la constante vigilancia teórico-metodológica de comprender que no se trata de una situación “natural”.
Más allá del reconocimiento de estas limitaciones, se comprende que el grupo de discusión permitió pensar complejamente cómo se negocian y configuran los sentidos en una instancia colectiva, de qué modos el conjunto reacciona y actúa ante las intervenciones “polémicas”, cómo opera y qué connota la pauta del humor en la dinámica, y cuánto nos permiten profundizar en la indagación los silencios que en la interacción del grupo se establecen. En definitiva, la técnica habilitó un modo más de complejizar y aproximarse a las problemáticas que el proyecto de investigación se preocupa por nombrar.
A modo de cierre
Este artículo intentó reconstruir las decisiones metodológicas tomadas por el equipo de investigación para la selección de las técnicas. Asimismo, se buscó reconstruir los modos de abordaje e implementación de las mismas. El trabajo de campo enunciado proporcionó muchísima información que se expresó en 50 entrevistas, 13 relatos de vida y 9 grupos de discusión.
A partir de dicho trabajo de campo, el análisis nos permitió compartir en diversos congresos y publicaciones las conclusiones de la investigación que llevamos adelante. Indudablemente, más allá de los aportes interpretativos que el equipo pudo haber hecho al campo de la comunicación, el mayor logro de este proceso fue la formación del grupo de investigadores en aspectos metodológicos. El largo camino emprendido nos permitió debatir y decidir entre todos (investigadores formados, en formación, becarios y alumnos) los opciones metodológicas a tomar, asumiendo íntegramente el proceso de la investigación.
Bibliografía
Goffman, Erving. La presentación de la persona en la vida cotidiana, Amorrortu, Buenos Aires, 1981
Muñoz Justicia, Juan. Análisis cualitativo de datos textuales con ATLAS/ti Universidad Autónoma de Barcelona, Barcelona, 2003.
Notas
* Representaciones temporales y prácticas sociales: invariancia o cambio, Proyecto P146, enmarcado en el Programa de incentivos del Ministerio de Educación de la Nación para el período 2007-2010.
[2]De la evaluación realizada observamos como dificultad que algunas preguntas resultaban muy generales o abstractas, por otra parte, era necesario incluir a modo de eje trasversal preguntas que dieran cuenta de la percepción que construían los entrevistados en cuanto al presente, pasado y futuro, lo que derivó en modificaciones y reagrupamiento de las mismas.
[3]Preparar los Documentos Primarios implica: guardarlos en formato rtf, diferenciar con códigos específicos las intervenciones de entrevistador y entrevistado, guardar cada entrevista con un nombre descriptivo, etc.
[4]El uso de la herramienta demanda capacitación específica, lo que requiere de un espacio temporal más extenso y personal adecuado para sostenerlo; por otra parte, no todos los integrantes del equipo contaba con la misma versión del software lo que provocó dificultades para realizar los cruces analíticos entre las diversas computadoras usadas por los investigadores.
[5] Esta ponderación se realiza a partir del análisis de las entrevistas antes enunciadas.