Mónica Malagamba* |
Sujetos en conflicto con la ley penal y prácticas institucionales en minoridad. Lo comunicacional como relación diferencial en la construcción de subjetividad
Contenido
Planificación y gestión comunicacional interna y externa del Taller
El programa radial Te quedó?... Listo!!!
Bibliografía
Notas
Las instituciones de minoridad fijan como uno de sus objetivos la búsqueda de la llamada “resocialización” de aquellos jóvenes “en conflicto con la ley penal” que han quebrado con su accionar el marco legal, incurriendo en algún tipo de delito. Les cabe esta función por delegación de los Jueces de los Tribunales de Menores, y en cumplimiento de la Ley 10.067 o Patronato y el Régimen de Minoridad Ley 22.278, que establecen la privación de libertad a cumplirse en establecimientos que el Poder Ejecutivo determina para tal fin.
Este trabajo resulta ser la consecuencia de una experiencia profesional con un grupo numeroso de jóvenes que a lo largo de dos años transitaron el Centro de Orientación y Producción Agropecuaria (COPA) y que participaron de la experiencia de planificación y gestión comunicacional del Taller de Producción Radial, siendo correlativamente mi Tesis para la Maestría Plangesco.
Para ello resultó indispensable realizar un diagnóstico desde lo comunicacional en esta institución dependiente del ex Consejo Provincial del Menor y actual Subsecretaria de la Minoridad, para conocer los marcos y modalidades de gestión comunicacional que se establecían en las fronteras institucionales del COPA a partir de los espacios, las prácticas y los discursos, y analizar cómo se interpela (a través de los microcontextos de prácticas y discursos) a un sujeto en conflicto con la ley, objeto de tutelación. Con posterioridad, proponiendo la planificación y gestión del Taller de Producción Radial como dispositivo comunicacional que transponiendo los límites de lo instituido abría posibilidad a otros posicionamientos subjetivos en los jóvenes, estableciendo una relación interpersonal y social de clara distinción respecto a lo que significa ser “sujeto del Estado”.
Un dato revelador de la gravedad del problema es que siete de cada diez delincuentes adultos han pasado en su juventud por uno de estos institutos de menores, según estadísticas oficiales (año 2000) de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires. En el territorio del Estado provincial hay 8.000 jóvenes internados, con causas asistenciales y penales, dándose año tras año un incremento paulatino en las cifras, no contando los establecimientos con condiciones adecuadas ni edilicias ni de personal capacitado para llevar adelante y cumplir tal objetivo de resocialización. Lamentablemente, muchos de ellos resultan depósitos de jóvenes ociosos en la mayoría de su tiempo y con escasas posibilidades de revinculación con el medio social del que fueron separados por indicación judicial, so pretexto de alcanzar su rehabilitación.
¿Qué tipo de intervenciones o gestiones institucionales se propiciaron y se propician desde las políticas de minoridad?, ¿Qué responsabilidad le cabe al Estado en lo que hace a la reproducción y consolidación del delito juvenil?
Siguiendo la lógica de tutelación que establece el marco legal en vigencia, el sujeto necesita de la intervención judicial porque es infractor y esta condición lo ubica como alguien incapaz de llevar adelante una vida sin riesgos para sí o para terceros. Desde esta perspectiva, la variable de control de la situación es la internación en un establecimiento penal (tutelar) a fin de recibir y realizar un tratamiento institucional que le permita a futuro su reintegro a la sociedad. El cuerpo y subjetividad del joven es el campo de directa intervención institucional. Si desde la lógica tutelar se busca ofrecer algo de lo que el sujeto carece, ¿qué se ofrece desde los institutos de menores?
Como lo señala Cecilia Moise las instituciones sociales se vuelven progresivamente más fuertes en nuestra cotidianeidad y en nuestros comportamientos identitarios a medida que crecemos. En los procesos de la vida social se generan subjetividades muy concretas, se diseñan los modos en que sentimos, pensamos y actuamos y nos vinculamos con los otros y con nosotros mismos.
¿Qué dispositivos comunicacionales se utilizan o se proscriben, a través de qué lógicas y quienes construyen subjetividad desde estas instituciones de control social?
En este punto resultan valiosos los aportes de Estela Cerdeña, Beatriz Oblitas y Lucila Parra, investigadoras peruanas quienes establecen la distinción de las políticas públicas que operan sobre poblaciones juveniles en función de los marcos económicos en los que se desarrollan. Así, en el período del Estado benefactor, organizador, intervencionista, con políticas económicas keynesianas y criterios sociales de integración, universalidad y justicia redistributiva de bienes y servicios “el enfoque ha sido jurídico social funcionalista de protección–represión, que equipara protección a una demostrada y previa situación de incapacidad, desadaptación, peligro, siendo de carácter excluyente. Construye la diferencia y estigma entre infancia (con acceso a la escuela y la familia) y menor o infancia irregular (situación del menor desintegrado de la sociedad, desadaptado, que ha incurrido en un hecho antisocial o se encuentra en estado de abandono o peligro, sin acceso a la escuela ni a una familia).
Con ello se propicia la condición de menor a categoría residual peyorativa, se trata del menor objeto a tutela”. Menor corresponde, por lo tanto, a una categoría degradada de infancia, sin derechos, necesitado de la intervención estatal. En un contexto económico recesivo, propio de la última década y hasta hoy, de Estado mínimo y de políticas monetaristas y criterios sociales no de integración sino de competencia, de justicia conmutativa, que busca “aminorar los costos sociales que el ajuste produce vía la selectividad de los perdedores (pobres), traducidas en medidas de atención elemental teniendo como instrumento el gasto social básico a fin de una mayor eficiencia”.
Ciertamente los programas dirigidos a la infancia o los “programas para pobres” revisten multiplicidad de factores para analizar, y sus efectos culturales no son una cuestión menor a la hora de realizar un exhaustivo análisis, en cuanto a la predominancia de una filosofía de control social individualista y utilitaria que desestima los usos culturales y las consecuencias de fragmentación social propia de los actuales procesos socio-económicos. La persistencia del modelo de tutelación en términos de internación y consecuente desmembramiento familiar y social resulta la característica destacable y responde a una lógica custodial y de control social que persiste en los organismos estatales respecto al adolescente. Otras propuestas que pretenden desplegar acciones de prevención y promoción de derechos encuentran fuertes resistencias, si bien estos programas serían los que permitirían, a mediano plazo, disminuir el número de jóvenes que resultan recluidos en establecimientos del Estado.
Desde una perspectiva socio-histórica el lazo social se establece a partir de un pasado en común, las normas y los lenguajes. En el momento actual el pasado en común se ha ido desdibujando paulatinamente a través de la banalización de los valores de la modernidad y el “fin de la historia”, los cuales dejarían expuesto que las variables que operaban dejaron de generar cambios. Las normas, a través de las instituciones, se muestran insuficientes ante la lógica hegemónica del mercado, regulador todopoderoso. Por lo tanto, la subjetividad que se conforma en este momento histórico, queda librada a procesos locales o microprocesos de lo que se denomina subjetividad instituida. Ella resulta de las prácticas discursivas propias de una situación y tiempo particular, dentro de un contexto social singular y único. Cada universo de discurso produce sus incluidos y excluidos desde el punto de vista de la subjetividad. Luego, la identidad instituida es el tipo de ser humano que resulta de esas prácticas sociales y comunicacionales discursivas y depende de los procesos de subjetivación colectivos y contextuales.
Estas prácticas discursivas construyen sentidos grupales y colectivos, y por lo tanto lógicas de pensamiento e interpretación del mundo. Son prácticas, son experiencias comunicacionales de relacionamiento entre personas y entre actores sociales y –como lo señala Washington Uranga- el aporte de la comunicación permite comprender y desentrañar la complejidad de las organizaciones. A su vez, pensaremos los sujetos inmersos en procesos comunicacionales que se desarrollan “en su contexto más cercano, de los ritos y mitos que los constituyen, de los discursos en que la cultura cobra materialidad, cualquiera sea su soporte”. Además, nuestra concepción o punto de partida será ver a toda la institución como una unidad de comunicación, en la que cada miembro, cada espacio, cada mensaje forma parte del mismo sistema de comunicación, existen posibilidades de advertir el nivel de desorganización que presentan los organismos públicos, las múltiples fragmentaciones e incoordinaciones que existen dentro y hacia afuera de las mismas. Utilizaremos la “mirada comunicacional” de la que nos habla Daniel Prieto Castillo, una mirada disciplinar de las prácticas comunicacionales.
Las líneas de significación que circulan en una institución se instalan básicamente por dos tipos de procesos: la repetición insistente de sus narrativas que crean eficacia simbólica; y a través de presentar un universo totalizador, a modo de respuesta única y legítima. Esta instrumentación, en tanto homogeiniza y violenta lo diverso, termina naturalizando aquello que es construido, y sobre lo que aparentemente resulta vano interrogarse.
Cuando desde el aparato comunicacional institucional se establece un solo universo de interpretación se está ejerciendo control sobre la diversidad de sentidos que pueden ofrecerse y que fundamentalmente resultan cuestionadores de esa respuesta única. Así, cualquiera que ha trabajado en una institución de minoridad sabe el lugar de significación que se asigna a los jóvenes institucionalizados: son sujetos del Estado, tutelados. La subjetividad de estos jóvenes infractores se forja desde ese lugar y en los hechos no tienen los mismos derechos que otros de su misma edad por su condición de infractores y su posición dependiente.
Acerquémonos a la experiencia del COPA. La misma comenzó en el año 2000 a partir de la invitación que cursara el Área de Prensa y Comunicación a las diferentes Direcciones que la conforman, propiciando la presentación de proyectos periodísticos o comunicacionales que restablecieran la relación, por cierto conflictiva, entre este Organismo estatal y la comunidad del partido de La Plata en general: altos índices de fugas que alcanzaban impacto mediático, denuncias por maltrato a jóvenes en Comisarías, resistencia de vecinos al traslado de un instituto penal al radio urbano, etc. La circunstancia singular de encontrarme como maestranda en la Maestría de Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales (PLANGESCO) me habilitaron para intentar concretar una experiencia más enriquecedora para estos jóvenes y superadora de la propuesta inicial del Consejo Provincial.
Se trataba de pasar de lo comunicacional como una “estrategia de imagen” a lo comunicacional como posibilidad transformadora de relaciones y prácticas. Este primer proyecto resultó ser la realización de un Taller de radio, que desenvolviera una metodología grupal, dialógica, para la expresión y construcción de sentidos colectivos grupales y en relación con temáticas de interés de los jóvenes institucionalizados y que culminara con la salida al aire de un programa radial. Para ello, LS11 Radio Provincia de Buenos Aires se interesó en la propuesta y comenzó a conformarse un equipo de profesionales con voluntad interdisciplinaria: psicóloga y comunicadora, licenciada en comunicación, periodista y operador técnico de la radio. Se establecieron dos encuentros semanales grupales y un día para la concurrencia a los estudios de Radio Provincia a grabar el programa de frecuencia semanal.
El grupo de jóvenes se constituye en función de las funciones a realizar, roles que asumen para la concreción del programa radial: conductor, co-conductor, movilero, comentarista, producción. Este despliegue de roles posibilita el posicionamiento subjetivo en lugares desde los cuales los sujetos son interpelados y desde los cuales interpelan a sus compañeros y adultos del Taller. En este juego de identificaciones y transferencias se va constituyendo el sujeto en una dimensión intersubjetiva diferente a la dinámica comunicacional que se establece en el marco institucional COPA, por varias cuestiones que forman parte del encuadre de relación y trabajo. Veamos cuáles son las características de la interrelación que se establece en el Taller desde lo comunicacional:
1. El sujeto deja de vincularse con el adulto en torno a lo disciplinario para incluirse en un espacio de expresión, creatividad y trabajo compartido, donde la relación interpersonal tiene características de mayor simetría. Las pautas de funcionamiento ordenan la tarea y existen para permitir el armonioso trabajo grupal, pero no resultan coercitivas ni sancionatorias. La participación en el Taller reviste carácter voluntario, por lo que la presencia implica voluntad de participación y compromiso y la ausencia no recibe ninguna sanción posterior por parte de los responsables del Taller. Lógicamente este criterio determina que sean los mismos jóvenes los que busquen la implicancia de sus compañeros para poder realizar la tarea. El grupo acepta y estimula la inclusión de aquellos que muestran mayor compromiso y cuestiona el acceso de otros que se incluyen sin aportar al trabajo. Desde los docentes existe además una evaluación permanente de todos los miembros, incentivando el permanente compromiso y responsabilidad sobre la tarea. La simetría comunicacional resulta de la libertad para expresarse y contar con el espacio para coordinar con el docente, opinar, confrontar y exigir.
2. La comunicación que establecen con docentes y coordinación es informal si bien existe reconocimiento de la condición de adulto y responsables de determinadas decisiones del Taller, en lo interpersonal se vinculan utilizando el tuteo, besando al saludar, y llamándonos por el nombre de pila (no todos tutean, algunos siguen con el Ud.). El trato de los responsables del Taller con los chicos es afectivo, los llaman por sus nombres y comparten diálogos sobre cuestiones ajenas al trabajo del Taller, que surgen espontáneamente y por iniciativa de ellos. Se expresan haciendo comentarios centrados en la valorización de la producción de ideas y opiniones. La palabra circula y cada sujeto debe dar cuenta de sus opiniones y hacerse responsable de la misma.
3. Los sujetos son nombrados por sus nombres y no por sus apellidos, como es la usanza en los institutos de minoridad, produciéndose ciertas dificultades comunicacionales con el personal y equipo técnico cuando desde el Taller se nombra a un chico por su nombre y desde el resto de la institución se pide su apellido para poder identificarlo. Esta cuestión propicia un acercamiento mayor a la persona de cada chico, a su condición de sujeto singular y único.
4. Los temas que se trabajan para el programa radial resultan de la exclusiva elección grupal, adquiriendo sentido desde la propia cultura de los protagonistas. En aquellos casos que demandan orientación de los docentes para la elección del tema, desechan aquellos que no resultan de su agrado, y en algunos casos cambian sobre la marcha el tema de elección inicial. Si bien puede pensarse cierto nivel de inducción a nivel de los docentes, el grupo se posiciona en un lugar de independencia que es fruto del trabajo de “empoderamiento” que se trata de estimular en forma permanente desde la coordinación y docentes.
5. Se respeta el lenguaje de los jóvenes, en el que existe una diversidad de términos propios de la cultura “tumbera” para nombrar y expresar sus ideas y sentimientos. Para el programa radial se establece que explicarán a sus oyentes la significación de los mismos, en el caso de que los utilicen.
6. La inclusión en el grupo de trabajo y el contacto creciente con el medio radial opera como herramienta de transformación e inclusión de otro lenguaje y otro posicionamiento subjetivo. A medida que transcurre el tiempo de permanencia en el espacio del taller, los jóvenes no sólo incluyen términos del lenguaje radial sino del lenguaje de los adultos. Este proceso se da en forma paulatina y obedece al aprendizaje que se produce por la lectura de materiales periodísticos, informativos y de libros en general (valor educativo de lo comunicacional) así como también por los procesos identificatorios y transferenciales propios del funcionar grupal.
Planificación y gestión comunicacional interna y externa del Taller
Como lo señala Daniel Prieto Castillo, aprender a leer situaciones de comunicación no es tarea sencilla, y dentro de las instituciones significa descubrir cual es la filosofía básica, conocer las relaciones internas y externas, las características de los mensajes, los métodos de acercamiento a los destinatarios de las acciones, su memoria, y el manejo de los medios. Juegan allí emisiones y percepciones permanentes porque no es posible dejar de significar. Tal es así que todo el tiempo estamos percibiendo el entorno y decodificando desde el lenguaje y también desde el cuerpo, desde el tono de voz, actitudes y gestos, desde la ausencia o presencia de objetos que quedan significados de determinada manera, en función de sistemas de creencias y representación del mundo propia de cada sujeto o grupo social y desde las prácticas que marcan su pertenencia.
El grupo de trabajo realiza tareas de gestión comunicacional interna y externa. Para la gestión interna, se establecen reuniones intragrupales de los responsables del Taller, reuniones semanales con el equipo técnico y Dirección del COPA y informes de evaluación mensual del proyecto para las dos áreas que sustentaron el proyecto en el Consejo del menor.
La Gestión a lo externo del Taller estuvo centrada fundamentalmente al desarrollo de acciones tendientes al restablecimiento de lazos con otras instituciones dentro de las cuales las radios ocuparon un lugar privilegiado: en el ámbito local visitaron el programa Mucho Mejor de Radio Universidad de la Plata, Radio La Red invitados por el Per. Nelson Castro, Radio Continental para participar del programa del Per. Víctor Hugo Morales, Radio Cultura de Capital Federal para el programa Jóvenes en Acción de Carmen Sicardi de Graue, entrevista radial a Raúl Portal. También se establecieron contactos con otras instituciones culturales, asistiendo y realizando notas periodísticas posteriores en el programa radial: Museo de Ciencias Naturales de La Plata, Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata con invitación a los actores de las dos obras teatrales que presenciaron, Parque Ecológico, etc.
Mas allá del claro sentido integrador social que estos desplazamientos tenían, el solo hecho de concurrir a Radio Provincia de Buenos Aires, caminar por el radio céntrico de la ciudad de la Plata, merendar en un comercio de comidas rápidas, resultaba motivador de nuevas inquietudes y movilizador de múltiples reflexiones sobre el lugar de pertenencia de cada uno y/o el lugar que ellos ocupaban en lo social.
El programa radial Te quedó?... Listo!!!
El programa radial adquiere características particulares que se relacionan con la excepcional circunstancia de ser jóvenes sin ninguna experiencia radial previa, además de su especial condición de institucionalización penal y portadores de una cultura cercana a la marginalidad o definidamente marginal. La mayoría de ellos no ha concluido su escolaridad del EGB, y presentan serias dificultades tanto en lecto-escritura como en sus hábitos de lectura. La necesidad de leer materiales de diversa índole (textos, notas periodísticas y documentos de Internet) hace que se esfuercen y paulatinamente realicen aprendizajes que redundan en un entrenamiento en la síntesis conceptual, amplíen su lenguaje y desarrollen mejores posibilidades expresivas.
Se pueden diferenciar dos tipos de formaciones discursivas que construyen los sentidos del programa radial en las representaciones de los jóvenes:
- Una primera formación discursiva se encuentra vinculada al “deber ser” y ajustada a las representaciones que tienen de lo que es un medio de comunicación radial. Los jóvenes adquieren un lenguaje formal y se apropian de determinado discurso propio de los “profesionales”. Desde este posicionamiento subjetivo y grupal, tienen exigencias de sistematización, claridad y precisión de los contenidos temáticos y reproducen sentidos que cuentan con la legitimidad social, sus opiniones se orientan a la búsqueda del consenso, de una cierta racionalidad y conciencia social. En esta tónica se inscriben programas que abordan problemáticas sociales: Sida, drogadependencia, Derechos de los niños, desempleo, discriminación.
Los comentarios se encuadran en lo que podría ser la cultura escolar, de transmisión de saberes y representaciones para actuar e incluirse en lo social. Su discurso tiene una gran impronta de disciplinamiento y crítica de todo aquello que resulte transgresor de las normas sociales, si bien desde su condición de jóvenes señalan la inoperancia de las instituciones para dar respuesta a las “necesidades” sociales. La elaboración de esos programas implica la lectura de materiales, sistematización y memorización de algunos párrafos. El lenguaje es escolarizado, formal.
En las instancias previas de la grabación del programa, concretamente en el encuentro del COPA, puede que manifiesten opiniones personales no concordantes con lo que se expresa en los materiales, bromeando o poniendo en duda la validez de algunas de las conclusiones. Pero llegada la instancia del programa radial suelen aferrarse a los conocimientos de textos y publicaciones, buscando trasmitirlos como objetos formales de conocimiento. Allí los jóvenes con sus dichos reemplazan lo que sería un libro o un maestro, priorizando un objetivo educativo o informativo. Reproducen encuestas, estadísticas y opiniones que tienen “peso” por su procedencia científica o legitimidad social. En este orden formal se inscribe la Pauta del programa, que resulta ser ordenadora de los contenidos y secuencia de participación de los actores radiales, de acuerdo a lo que se acuerda en las instancias de producción del Taller en los encuentros del COPA.
- Una segunda formación discursiva que construye sentido en los jóvenes es aquella por la cual se aproximan a sus experiencias de vida, hablan desde ellos mismos como protagonistas de su mundo cultural y lo vuelcan en el programa radial. En estos casos, y si bien el grupo y sus integrantes van cambiando a medida que transcurren los meses, revalidan sus modos de pensamiento, sus percepciones. El eje orientador sería la expresión de modos de pensamiento singulares y colectivos, comentarios que explicitan intereses particulares o de pertenencia social, legitimando otros puntos de vista o sentidos propios de su cultura marginal, cuestionando los sentidos dominantes institucionales o propios de un marco social más amplio. En estas formaciones discursivas se reivindica lo vivencial, la propia experiencia de vida. Las temáticas recurrentes han sido sus gustos musicales como la cumbia villera, la violencia, el delito visto desde sus propias vivencias, la denuncia del accionar violento de la policía o sobre los elementos de juicio utilizados por la Justicia y por los cuales se encuentran encerrados. Se comprometen con temáticas que los atraviesan como jóvenes infractores y que forman parte de su reseña de vida: drogadependencia, violencia, pérdida de libertad, falta de oportunidades laborales, sistema de tutelación y el delito mismo. Los posicionamientos subjetivos grupales hacen explícita su condición de sujetos en conflicto con la ley o su pertenencia a grupos excluidos del consenso social.
El movimiento de una a otra de estas formaciones discursivas es continuo, y de hecho se mezclan en un mismo programa radial, en los diferentes bloques del programa, en lo personal y por tanto en lo grupal. Estas dos construcciones de sentido reflejan además varias cuestiones a considerar: En primer lugar demuestra la situación subjetiva de cada joven respecto a la transgresión a la ley, reflejando en qué punto se sitúa respecto al interrogante por su futuro personal: continuidad o no de su vida delictiva. En esta trama de relaciones múltiples cada sujeto atraviesa, con mayor o menor claridad, el cuestionamiento acerca de sí mismo y su porvenir.
Se relacionan además, con el proceso que viene dándose en el tratamiento institucional y su postura personal respecto a las pautas de convivencia y pertenencia institucional, la comprensión de ese pasaje en un sentido positivo o negativo. En función de los distintos liderazgos que van tomando los grupos el Taller se definen los temas de interés, y la mayor o menor presencia de una u otra formación discursiva: apegada a lo formal o claramente contestataria.
Estos discursos responden además a la diversidad de sentidos que tiene el Taller en forma particular para cada miembro, si bien se puede observar que cada grupo plasma, en su compromiso con la tarea y la libertad de expresión, los sentidos grupales compartidos. En la elaboración previa del programa radial, en los encuentros en el ámbito institucional, se resuelve la mayor o menor posibilidad de expresión de la diversidad de ideas y opiniones personales y para esta cuestión importan los liderazgos que se establecen en cada uno de los grupos. La coordinación y docentes trabajan para que esta diversidad pueda hacerse presente, si bien es difícil transponer y modificar los acuerdos que los miembros establecen entre sí y los códigos de silencio sobre algunas cuestiones que exceden el Taller.
Del seguimiento y evaluación del proyecto a través de entrevistas individuales y grupo focal se desprende la diversidad de sentidos que atribuyen al Taller y al programa radial Te quedo?... Listo!!! como un campo de adquisición de habilidades y capacitación profesional-laboral, como un espacio de expresión y cuestionamiento, como una tarea que les permite mejor calificación ante los representantes institucionales y judiciales, como una forma de acercarse a sus familias y adquirir cierta notoriedad, algo que les permite relacionarse entre ellos, y de última una actividad que les permite salir por unas horas semanales de la institución.
Conclusiones
Este trabajo de investigación sostuvo una doble argumentación: por una parte, que el análisis cultural puede intensificarse desde la perspectiva de la planificación y gestión comunicacional; y por otra que el Taller de Producción radial actuó sobre las relaciones intersubjetivas, ya que las prácticas discursivas construyen sentidos grupales y colectivos y, por lo tanto, lógicas de pensamiento e interpretación del mundo.
Como relatara al comienzo, a partir de la invitación del Área de Prensa y Comunicación del Consejo Provincial del Menor bonaerense a la presentación de proyectos periodísticos o comunicacionales que pudieran modificar las tensiones presentes entre esta institución y el contexto social más amplio, propuse la realización de un taller radial. La experiencia profesional de veinte años en el trabajo con jóvenes tutelados por el Estado y estar transitando los estudios de la Maestría Plangesco, me permitieron concretar una experiencia enriquecedora y superadora de la propuesta inicial.
Desde la perspectiva de la institución el problema de “imagen” quiso ser planteado como un procedimiento mecánico de “rectificación”, en cambio el Taller produjo una transformación en las relaciones de los sujetos entre sí y con su entorno. Si bien el taller propone una planificación en condiciones acotadas, permite la percepción de sus alcances como propuesta de intervención institucional. Se aprecian las dificultades que tienen las instituciones tutelares para asumir una práctica instituyente que posibilite diferentes posicionamientos subjetivos a los jóvenes que son objeto de su accionar. Por ello en este trabajo realizamos el análisis crítico de las concepciones comunicacionales y paradigmas que se sostienen en las propuestas institucionales y dentro de una perspectiva histórica y social. Desde el Taller se sostiene el sentido integrador y restitutivo del lazo social que las prácticas del Taller ponen en juego y las posibilidades transformadoras en las relaciones intersubjetivas, familiares y sociales.
Podemos reconsiderar las dos preguntas del inicio: ¿Qué sentidos se construyen y que comportamientos se sustentan desde estas lógicas tutelares que instrumenta el Consejo del Menor a través de sus programas? Si frente al “conflicto con la ley” ubica al joven como alguien incapaz de llevar adelante una vida sin riesgos para sí o para terceros, fijándolo a una concepción de “peligroso” y consecutivamente privándolo de su libertad, la variable del disciplinamiento aparece sustentada como la principal tarea de los institutos. Y la segunda pregunta va en el mismo sentido: ¿Si desde la lógica tutelar se busca ofrecer algo de lo que se carece, qué se ofrece desde los institutos de menores? Indudablemente existe un trabajo que intenta la rehabilitación de los jóvenes a través de actividades mayoritariamente realizadas en “el adentro” institucional y que operará desde el control del cuerpo y su subjetividad, a través del aprendizaje de normas y pautas de conducta. Resulta una sorpresa para aquellos que trabajan en el COPA cuando perciben aspectos de la subjetividad de los chicos que raramente se manifestaban. Así lo expresa el Subdirector en una entrevista realizada tres meses después de comenzado el proyecto: “Los maestros que han venido acá, cuando yo les pregunte como lo habían visto, me dijeron que lo habían visto muy bien, y lo dicen como sorprendidos, como diciendo no me imaginaba que lo que hacían era eso. Porque seguramente tienen el prejuicio de que venían para divertirse simplemente o a pasar el rato y a comportarse de forma irresponsable. Ese es el prejuicio cuando se mide solamente desde el aspecto de la conducta, por lo que estar en el Taller es escamotearle algo al instituto, y estar en el Taller es para pasarla bien”... “Después el grupo que participa del Taller de radio es el grupo que en la mayoría de las actividades del instituto muestra mayor cumplimiento, los que menos dificultades tienen”.
Cabe plantearse el papel de los profesionales que trabajan en las instituciones tutelares cuando su intervención está puesta al servicio de objetivos de control social o al cumplimiento de perspectivas que sostienen marcos jurídicos de varias décadas atrás, por las cuales la reclusión en un establecimiento tutelar se ofrece como única alternativa, y su trabajo queda centrado en evaluar la adaptación institucional exclusivamente.
Bibliografía
CERDEÑA Estela, OBLITAS Beatriz y PARRA Lucila. Reflexiones en torno a la Política Pública sobre Niñez y Adolescencia. Indicadores sociales desde un enfoque integral, Ponencia presentada en el Congreso Internacional Políticas Sociales, Nuevo Siglo ¿Nueva cuestión Social?, Chile, 21-24 de noviembre de 2000.
DOMÍNGUEZ LOSTALÓ, Juan C. Por el derecho a ser joven. Los Pibes Marginados, P.I.F.A.T.A.C.S. y Cuadernos del Caleuche, 2ª edición, La Plata, 1999.
DUSCHATZKY, Silvia y COREA, S. Los Chicos en Banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones, Buenos Aires, Editorial Paidós, 2002.
HUERGO, Jorge y FERNÁNDEZ, M. Belén. Cultura Escolar y Cultura mediática. Territorios en Comunicación/ Educación, Editorial Universidad pedagógica Nacional, Santa Fe de Bogotá, Colombia. 2000.
MALAGAMBA, María Mónica. Taller de Producción radial e imaginarios sociales de jóvenes en conflicto con la ley, Ponencia en el Primer Encuentro de Docentes Investigadores de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. “La situación de la Investigación en la Universidad Pública: Discusión y Diagnóstico”. 14 de octubre de 2000.
_____________, ¿Prevención o Destino? Construcción de subjetividad en jóvenes en conflicto con la ley desde la implementación de políticas de minoridad, Revista VOCES de la Universidad, Año X, Nº 26. Universidad de Río Cuarto, Septiembre 2002.
MOISE, Cecilia. Prevención y Psicoanálisis. Propuestas en Salud Comunitaria, Buenos Aires, Editorial Paidós, Tramas Urbanas, 1998.
PRIETO CASTILLO, Daniel. Introducción a la Comunicación rural, Serie Comunicación Rural, Instituto de Tecnología Agropecuaria, 1994.
_____________, Comunicación, Universidad y Desarrollo. Investigaciones de la Plangesco Nº 1, La Plata, 2000.
Proyecto Institucional C.O.P.A. Consejo Provincial del Menor, año 1999.
Régimen Penal de la Minoridad. Ley 22.278.
Ley del Patronato del Menor. Ley 10.067.
REGUILLO CRUZ, Rossana. Emergencia de Culturas juveniles. Estrategias del desencanto, Bs. As., Grupo Editorial Norma, 2000, pp. 30-31.
URANGA, Washington y Colab. Introducción a la Planificación de Procesos comunicacionales, trabajo de la Cátedra Taller de Planificación de Procesos Comunicacionales de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP y La Crujía.
Notas
* La autora es psicóloga y maestranda en la carrera de posgrado Planificación y Gestión de Procesos Comunicacionales (Plangesco). Este trabajo se encuadra en su Tesis de Maestría: “La Construcción de Subjetividad de jóvenes institucionalizados y en conflicto con la ley a través de las políticas de minoridad y desde la planificación y gestión de un taller comunicacional”, que se encentra a la espera de su defensa pública. Asimismo, la autora forma parte del equipo de investigación del Proyecto: “Desplazamientos culturales y estrategias escolares emergentes en Comunicación/ Educación. Estudio en Escuelas de EGB de la ciudad de La Plata”, dirigido por María Belén Fernández en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.