Carlos Giordano y Susana Lino |
Narración oral: una oportunidad para la comunicación*
-2.3.Algunas respuestas
-2.4.Narrativa y comunicación
-2.5.Iniciativas
-2.6.Similitudes con la narración oral
-2.7.Desarrollos
-3.Hablar y decir
El patrimonio
Bibliografía
Notas
En el proyecto de investigación titulado “La narración oral como posibilidad comunicacional” nos propusimos, a través del análisis de experiencias vinculadas con la narración oral en distintos ámbitos socioculturales e históricos, el desarrollo de un proceso de reflexión crítica conducente a un avance en el campo gnoseológico acerca de la oralidad y su valor posibilitante. Dentro del marco hegemónico de las llamadas nuevas tecnologías de información y comunicación.
Eje vertebrador de este análisis fueron las nuevas formas de percibir la realidad, en el sentido de Prieto Castillo (“percibir es poder significar seres, situaciones, objetos, espacios, a uno mismo incluso; desarrollar una serie de formas de reconocimiento que permita la orientación dentro de la propia realidad”).
Convocar al arte y a los artistas de la palabra hablada junto a los científicos y técnicos de la oralidad, es motivo de celebración. Porque el conocimiento no puede aislarse de los sentidos, sin correr el grave riesgo de la deshumanización. En sentido aristotélico, “nada hay en el intelecto que no haya entrado antes por los sentidos” y, en términos del epistemólogo Juan Samaja, “el arte es la cuna del conocimiento”.
Los Ejes
A los efectos de reseñar el estado actual del tema, creemos pertinente aportar tres ejes que nos han servido para pensar la posibilidad comunicacional de la narración oral. Tanto desde el punto de vista de su definición tecnológica como la irrupción de nuevos espacios para el desempeño de las prácticas relacionadas a ella. Estos ejes están referidos, respectivamente, a la mediación pedagógica, a las modificaciones que lo digital ha provocado en los soportes tradicionales, y a las diferencias entre hablar y decir, en referencia clara a lo que se conoce como retórica.
-1. Eje pedagógico
Pensar en educación es pensar ineludiblemente en comunicación. A la luz de los nuevos modelos cognitivos del aprendizaje, la apropiación de saberes significativos por parte del educando, su procesamiento y almacenamiento, se da en un proceso en el cual intervienen distintos actores sociales, y en el que todos se transforman y transforman a la realidad, otorgando al educador un nuevo rol: el de mediador pedagógico.
Desde el modelo lingüístico de comunicación, se producen y transmiten mensajes cargados de la subjetividad del hablante que son interpretados por el oyente, también con toda su carga de subjetividad. Desde la teoría de la recepción, el oyente no es un actor pasivo sino un receptor o preceptor sumamente activo, que construye el conocimiento a partir del “uno mismo” en una tarea de selección de contenidos de mensajes.
-2.Eje tecnológico
Pensar en Tecnología nos remonta a los orígenes mismos de la humanidad, y a los grandes hitos en la evolución de la misma, a las distintas formas –traducido en materiales o elementos instrumentales- que el hombre pensó e inventó para dar respuesta a sus problemas y necesidades de vida, desde una actitud de libertad y creatividad, pasando desde la agricultura del 8000 a .C.; por el alfabeto y la numeración decimal, entre los años 1000 a .C. y el l500 de la era cristiana; por el papel y la imprenta, entre los años 1500 y 1770; para llegar entre los años 1770 y 1940 a la invención de la fotografía, el cine (1885), la radio (1920) y la televisión (1925). Recién desde 1940 en adelante se produce la era electrónica, con la creación de la computadora -a partir de 2da.guerra mundial- y la grabación magnetofónica.
Expresado de este modo se podría confundir, por las ejemplificaciones dadas, que la acepción de Tecnología sustentada se corresponde con el producto obtenido de un accionar. Esto sería un reduccionismo en la conceptualización y poca relación tendría con el proceso de aprendizaje, humano en su esencia. La problematización que nos ocupa es entonces establecer la vinculación entre la Tecnología y la Educación, en nuestras unidades de estudio en general, y en la formación y capacitación del futuro docente, en particular.
Entendemos que tecnología es una actitud de reflexión y de conocimiento acerca de la tekné, es decir acerca de los modos y formas creados por el hombre para lograr el mejoramiento de su calidad de vida. En esta línea de pensamiento, la Tecnología Educativa tiene por base de sustentación al conocimiento científico, y atraviesa todas las áreas del conocimiento al igual que la Práctica Docente, sin asimilar una a la otra. La Tecnología Educativa así observada, se convierte en el espacio de reflexión o de actitud crítica que cada una de las áreas tiene en la formación del futuro docente, referido a la resolución de problemáticas presentes en el entorno socio-histórico del proceso de aprendizaje.
La Tecnología Educativa debe ser Apropiada, nos dice Fainholc: “deberemos considerar la aplicación del conocimiento científico, situado histórica y concretamente, sobre el aprendizaje y la enseñanza para mejorar su acontecer con efectividad y pertinencia socio-cultural” y define a la TECNOLOGÍA EDUCATIVA APROPIADA como “la organización integrada de hombres, significados, conceptualizaciones, artefactos simples (artesanales) y/o equipos más complejos, pertinentemente adaptados, que se utilizan para la elaboración, implementación y evaluación de programas educativos que tienden a la promoción del aprendizaje contextuado a un modo libre y creador”.
Al referirse a la pertinencia, alude al sentido social, al para qué del accionar pedagógico y reconoce en la Tecnología Educativa Apropiada una doble condición: la de línea de pensamiento y la de línea de acción. Propone reconocer como fuentes de la Tecnología Educativa Apropiada: a las tecnologías tradicionales (teatro popular, danzas, títeres); a las tecnologías modernas (producciones domésticas de formatos de televisión o radio), y a las nuevas tecnologías (para distribuir información y promover culturas diferentes e integrar agrupamientos humanos distantes).
Así entendida la tecnología educativa, podemos pensar que co-existen en nuestro sistema educativo las tecnologías iniciales de la humanidad (tal es el caso de la huerta como forma de aprendizaje y de supervivencia y como motivadora de comunicación entre escuela y comunidad social, que está fuertemente presente en nuestras escuelas, no necesariamente rurales); con las nuevas tecnologías de la información y comunicación (NTIyC).
-2.1- ¿Nuevas? tecnologías
Pero... ¿qué son las NTIyC? En la civilización de la información aparecen fuertemente presentes dos elementos constitutivos: la fuerza mental y la diversificación. Gomez Mont define a las nuevas tecnologías de la información como “un conjunto de aparatos, redes y servicios que se integran, o se integrarán a la larga, en un sistema de información interconectado y complementario. La innovación tecnológica consiste en que se pierden las fronteras entre un medio de información y otro”.
De Sola reconoce como nuevas tecnologías de la comunicación a “la televisión por cable, los discos de video, los satélites, el telefax, las redes de computadoras, el procesamiento de información por computadora, los interruptores digitales, las fibras ópticas, los láceres, la reproducción electroestática, la televisión de pantalla grande y alta definición, los teléfonos portátiles y los nuevos procedimientos de impresión”. Como fundamentos de estas nuevas tecnologías se encuentran: las telecomunicaciones, la informática y el audiovisualismo.
Los que han desarrollado estas nuevas tecnologías de información y comunicación, basadas en la interconexión de otras formas tecnológicas pre-existentes, son países altamente industrializados que ofrecen una mirada hegemónica dentro del marco de la globalización, imponiendo sus productos y sus formas de relación en el escenario de la producción del conocimiento.
Acordamos en que es ilusorio pensar que las nuevas tecnologías terminarán con las desigualdades sociales. Sin mostrarnos adversarios de las nuevas tecnologías y aceptando los beneficios que conllevan en el intercambio de información, creemos que presentan una faceta que acentúa esas desigualdades sociales, profundizando una brecha cada vez más ancha entre los incluidos y los excluidos.
-2.2.Espacios de percepción
Coincidimos desde nuestro accionar pedagógico con la línea conceptual de Fainholc en producir instrumentos, herramientas y materiales desde los múltiples lenguajes posibles, acordes a las necesidades socio-históricas, que posibiliten el desarrollo cognitivo, afectivo-emocional y social de nuestros educandos, para brindar iguales posibilidades a todos. Y asegurar así un funcionamiento verdaderamente democrático, horizontal, con participación comprometida de todos los miembros de la comunidad, educativa y social.
Desde los espacios pedagógicos y de investigación de la comunicación a través de uno de los lenguajes posible –el lenguaje oral- incluimos en la problematización de la influencia de las nuevas tecnologías en el imaginario juvenil, la interrogación acerca del “percibir”. Si de percepción hablamos estamos refiriéndonos a los sentidos, a los cinco sentidos que posibilitan la captación de la realidad, y a la propioceptividad, que posibilita captar la realidad del propio cuerpo en vinculación con esa realidad. ¿Cómo relacionar esta sensopercepción con las nuevas tecnologías? Aquellos que han podido acceder a las NTIyC, ¿cuánto tiempo dedican a recibir información o entretenimiento (el info-entretenimiento también forma parte de la informática)? ¿Cuánto tiempo de diálogo, de real y efectiva comunicación oral se entabla en los hogares donde se impone la presencia de un televisor o una computadora? ¿Cuánto tiempo se dedica a la vinculación con la literatura? ¿Cómo pueden imaginar, actualmente, nuestros alumnos? ¿Cómo pueden expresarse a través de la palabra hablada, actualmente, nuestros alumnos? ¿Cuáles son sus modos enunciativos? Estos interrogantes nos involucran a todos.
-2.3.Algunas respuestas
Creemos haber encontrado algunas de las respuestas en el terreno de la Educación por el Arte, ya que si de expresar se trata, a través de alguno de los lenguajes artísticos entre ellos el oral, parece ser prioritario explorar las formas de percepción, las improntas que quedan a partir de situaciones y elementos motivadores. La apertura de los canales que comuniquen ambos aspectos -impresión y expresión- es la tarea que nos convoca como mediadores pedagógicos, y nos lleva a desarrollar, desde la creatividad, la tecnología educativa apropiada a nuestras aulas y nuestros alumnos, a nuestras instituciones, a nuestras realidades, desde la reflexión crítica y el compromiso de participación.
Una de esas tecnologías, la de la palabra hablada, como así también la tecnología de la tiza y el pizarrón, parecen ser ineludibles en la transmisión de saberes en todos los niveles: Inicial, EGB, Polimodal y Universitario. Parecen quedar reservadas casi con exclusividad, las NTIyC en vinculación con la Educación, para aquellos estudios superiores, de posgrado, a distancia, en universidades virtuales, para especialistas de la educación y la investigación, para bibliotecas y centros de documentación e información.
El tendido de redes comunicacionales que abarque masivamente a todo el sistema educativo, parece estar aún muy lejano, aunque no imposible. Desde el lugar de formadores de formadores, pensar críticamente la actitud hacia las NTIyC, para vincularlas al proceso educativo, es una responsabilidad. Y su conocimiento y dominio, una necesidad.
-2.4.Narrativa y comunicación
Si aceptamos la teoría clásica que considera la obra narrativa como un texto de comunicación, también aceptaremos que los modernos avances de la ciencia de la comunicación han proporcionado modelos teóricos y prácticos de aplicación cada vez más sencilla para llevar a cabo esa comunicación. Concebimos entonces que las funciones del texto se corresponden con las funciones del lenguaje, al intentar por medio de este comunicar algo a alguien. Por lo tanto debe haber un texto narrativo o mensaje y un lector o receptor de ese mensaje.
Las formas de comunicación desde esta perspectiva varían tanto como varían las tipologías narrativas. Según J. A. Pastor Jiménez, “algunas de las implementaciones de la idea de hipertexto son parciales y muy pobres; sin ir más lejos el Web a pesar de ser la aplicación más conocida y extendida popularmente, no deja de ser una herramienta inmadura y deficiente para el almacenamiento y recuperación de conocimiento (aunque no para su comunicación)”.
Es este aspecto sobre su relevancia para la comunicación, donde la narrativa contempla su medio de difusión más inmediato partiendo de su inclusión en red a través del hipertexto.
-2.5. Iniciativas
En este campo, y como muestra, una de las propuestas más innovadoras relacionadas con las posibilidades literarias del hipertexto resulta ser la del profesor Antonio Rodríguez de las Heras; no sólo, en lo que a modificación del soporte de la literatura se refiere, sino también la modificación de la concepción y uso de las palabras como vehículo del pensamiento.
Parte de la premisa de la palabra como el código más potente y más capaz de reactualización dentro de la comunicación. Este código contaría con la elaboración de narraciones, novelas, historias en conjunto para transmitir tanto el conocimiento como los mensajes elaborados desde el poder, pasando por la memoria de los pueblos.
Reconoceremos pues que la narrativa es el vehículo transmisor y de control más rápido que existe, si además contamos con un medio capaz de transmitirla por todo el mundo de una manera asequible y rápida como es Internet, la polémica está servida. Esta premisa enlazaría con la tesis de Dennis K. Mumby que sostiene que “las narrativas funcionan como una forma de control social en distintos contextos de comunicación”.
-2.6.Similitudes con la narración oral
Es ahora cuando se plantea la cuestión de si en la utilización de este nuevo soporte como es el hipertexto, la narración escrita no se asemeja más a la narración oral donde el que relata se va plegando también a las demandas y los gustos de su público, con inflexiones de voz, saltos en el espacio/ tiempo narrativo y ampliaciones allí donde son necesarias.
En el lenguaje narrativo hipertextual, la palabra queda sostenida por un momento en la pantalla antes de desaparecer, así como queda sostenida la voz del narrador en el aire antes de abordar otra secuencia en la narración. El autor hipertextual considera que su obra está acabada, pero el soporte permite que haga nuevas incorporaciones cuando lo desee de una manera sencilla.
Al igual que la narración oral donde el relator, que se convierte en autor en el momento que hace sus propias incorporaciones, también puede añadir o eliminar partes de la obra a su gusto dependiendo de las características del público o del devenir de la historia.
-2.7. Desarrollos
La unificación de distintas tipologías de información (texto, imagen, sonido) en un texto narrativo generando un documento multimedia es importante, pero quizá la investigación narrativa debería buscar su propio camino donde la palabra fuera el motor de arranque del desarrollo hipertextual.
La estructura de la narrativa en hipertexto no debe limitarse a ser recorridas por el lector de una manera pasiva, sino que éste debe pasar a la acción y a partir de sus propias necesidades, buscar, caracterizar o elaborar su propia historia. Es primordial que los autores reconozcan la necesidad de investigar en hipertexto, ya que la mera traslación de la obra en papel al formato electrónico desvirtuaría la originalidad de la creación artística tal y como fue concebida.
Por último es prioritario que el lector sea capaz de acceder a la narrativa en hipertexto de una manera sencilla, directa (sin intermediarios) y amigable. De la misma manera es importante que los autores pierdan el miedo a la innovación tecnológica y se adentren en nuevos caminos que sin duda enriquecerán el panorama literario y contribuirán a acercar la obra narrativa a un público ya familiarizado con las tecnologías y que ahora abarrota la red.
3- Hablar y decir
Hablar y decir no es lo mismo, aun cuando son interdependientes. Hablar es actuar, un acto intransitivo; decir es hacer, que supone transitividad. De la diferencia entre hablar y decir se derivan dos concepciones complementarias de la retórica. El “arte de hablar” exige una perspectiva fundamentalmente antropológica. La retórica se convierte así, en competencia con la filosofía, en una ciencia fundamental que influye en todo conocimiento humano de cualquier índole, pero especialmente el conocimiento práctico que supone la deliberación sobre nuestras actuaciones y el planteamiento y resolución de nuestros problemas.
Después de más de un siglo de incomprensión y desprecio asistimos desde hace dos decenios a lo que podría llamarse el renacimiento de la Retórica. El interés por la vieja disciplina aumenta día a día a ritmos diferentes según los países. Nuevas instituciones, actividades y publicaciones que propugnan la restauración de los estudios retóricos van surgiendo en estos momentos de transición, tanto secular como histórica entre la sociedad postindustrial y lo que llaman sociedad de la información. Vivimos sin embargo en unos tiempos en que la chrêmatistikê, el espíritu financiero, y la retórica del Mercado dominan nuestra vida y nuestro pensar de una manera inevitable. Como en el siglo de la Sofística, estamos expuestos a un uso de la retórica de variadas intenciones.
El dar nombre a algo no implica sin más que ese algo conlleve una descripción o una definición clara y unívoca. Cuanto más frecuente es el uso de una denominación concreta, más probabilidad hay de que vaya adquiriendo sentidos diferentes. La retórica abarca una pluralidad de aspectos y no resiste que se la escinda sin que su núcleo esencial se pierda. Si pensamos, por ejemplo, en los tres elementos clásicos de la retórica que constituyen la base de todo discurso convincente (ethos, pathos, lógos) éstos no pueden ser utilizados cada uno de por sí, excluyendo a los otros, sin que el objetivo se vea malogrado. La efectividad retórica se determina mediante la atención coordenada a esos tres elementos inseparables.
Algo semejante sucede con las partes tradicionales de la retórica, conocidas desde Herenio: inventio, dispositio, elocutio, memoria, pronunciatio. Si se toman en consideración como partes separadas e independientes, el discurso pierde su vigor y efecto. El orden del discurso o dispositio y su desarrollo práctico o elocutio exigen creatividad y genio (inventio), la inventiva no puede existir sin la memoria, y así sucesivamente. Esos elementos retóricos integrados en una totalidad no constituyen meras reglas sino que son llamadas de atención o sugerencias acerca de lo que es preciso tener en cuenta para analizar, entender o preparar situaciones de habla. Una preparación excesiva daña sin embargo la calidad del discurso. Un acto de habla resulta a menudo mejor si se desarrolla de una manera espontánea basada en una larga experiencia. De la abundancia del corazón habla la lengua. Estar dispuesto es más importante que estar preparado.
El patrimonio
La Comunicación Social tiene a la palabra hablada como una de sus constituyentes más activas. La transmisión de saberes se concretó, desde los primeros tiempos, con una fuerte presencia: la donación de la palabra hablada alrededor del fuego, por parte del sabio o anciano de la tribu, o de todo un agrupamiento humano, para con los más jóvenes, aprendices ávidos de recibir y conservar las prácticas sociales en sus distintas formas. Lo que posibilitó una de las formas más eficaces de la reconstrucción histórica y la continuidad en la evolución de las culturas.
Hoy día, en esta transición finisecular, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIyC) impregnan -desde procesos inicialmente hegemónicos como la globalización y a través de la construcción de redes informáticas- aquella forma de producción y apropiación del conocimiento y sus correlativas formas de transmisión. La comunicación adquiere otra forma, las prácticas sociales comienzan a modificarse, y en el marco de estas nuevas tecnologías, los rasgos supra-segmentales de la comunicación humana, aquellos que nos permiten percibir la intención comunicativa, la emoción que conlleva la voz y la palabra, la subjetividad del hablante que motiva la subjetividad del oyente hacia un nosotros que posibilite la construcción de sentido y significación de lo dicho, quedan excluidos. Como también parecen quedar excluidos todos aquellos que no pueden acceder a estas NTIyC.
Es por ello que nuestro trabajo debe observarse como un marco de integración de experiencias vinculadas con la Narración Oral, que intenta revalorizar la palabra hablada y reconocerla como una tecnología de comunicación e información que permita el rescate de los excluidos, re-significándola como patrimonio humano por excelencia, más allá de toda frontera, indispensable para el desarrollo cognitivo, afectivo y comunicacional.
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Notas
* Este trabajo se inscribe en el Proyecto de Investigación: “La narración oral como posibilidad comunicacional”, dirigido por el Lic. Carlos J. Giordano y aprobado el 01/01/02 en el marco del programa de Incentivos a Docentes e Investigadores. Forman parte del equipo de investigación: Susana E. Lino, Beatriz Petersen, Miguel A. Becerra, Laura G. De la Torre, Mónica F. Baeza, Daniel Menéndez Vigil, Estela de Souza, Giselle M. Rataus, María Laura Dippolito, Leonor Arditti, María Cristina Villanueva, María Luisa Fernández, M. Silvina Souza, Miriam N. Sansone, Mirta Rivero y María Marta Castaño.