Nathalie Iñiguez y otros




Imagen de empresa, una propuesta diseñada*



Imagen de empresa,
una propuesta diseñada

NATHALIE IÑIGUEZ



Contenido
Aceleración del cambio y expansión comunicacional 
Expansión comunicacional y protagonismo del emisor
Imagen de empresa
Diagnóstico y planificación: una forma de intervención y transformación
Marketing promocional para Pymes en la provincia de Buenos Aires
Notas


Las intervenciones sistemáticas sobre la imagen de las empresas y las instituciones han experimentado en la última década un significativo proceso evolutivo: se han multiplicado hasta generalizarse como formas regulares de gestión y han excedido los alcances y marcos iniciales, limitados a acciones aisladas y puntuales en el campo del diseño gráfico, la publicidad o las relaciones públicas.

Tales desarrollos han abierto el camino a una demanda técnica nueva: la formulación de estrategias de identificación institucional, garantía de una gestión de la comunicación congruente con los objetivos estratégicos de la organización; y la programación, puente analítico entre una necesidad no especificada y unos recursos de intervención múltiples y dispersos. Ambas tareas, hoy en manos de planificadores de la comunicación, entre otros.

Este proceso de cristalización de nuevas especializaciones profesionales no cuenta con una estructuración disciplinar clara ni con un respaldo teórico específico. Se apoya aún en estructuras tradicionales preexistentes y opera con un instrumental teórico-técnico por demás ecléctico. Por consiguiente, estas prácticas carecen de un procesamiento analítico que redunde en una bibliografía teórica específica, sólida y exhaustiva.

Aceleración del cambio y expansión comunicacional

Como señala Norberto Chaves, “el auge de las intervenciones sobre la ‘Imagen Corporativa’ es un fenómeno de una escala tal que una comprensión fundada del mismo no puede soslayar una indagación de los condicionantes provenientes de la sociedad en su conjunto; aquella fuerza que operando invisible por debajo de la comunicación social, va marcando el itinerario de sus cambios y desarrollo”.

Entre el complejo universo de factores incidentes cabe señalar una circunstancia que puede considerarse como estructurante en el proceso de la evolución de lo comunicacional: el desplazamiento de los centros estratégicos del desarrollo y control de esas sociedades desde la esfera de la producción hacia la de la distribución y el cambio. La evolución económica va homologando todos los niveles de la actividad social, transfiriéndoles las características inicialmente exclusivas de la producción.

A medida que el mercado de masas potencia los mecanismos de distribución, cambio y consumo va consolidando su modelo en todos sus campos; modelo que termina por imperar hasta en las últimas estribaciones de la compleja red del aparato económico.

El incremento de la competencia, la estridencia y saturación informativa, el aumento de los ritmos de modificación del propio receptor -debido a la permanente innovación de las matrices de consumo- y la hipertrofia del cuerpo institucional -por proliferación de entidades que deben hacerse oír socialmente-, son fenómenos confluyentes como causas de la obsolescencia de las modalidades y recursos de identificación y difusión tradicionales. Una saturación cuantitativa de operaciones comunicacionales convencionales exige así el paso a un cambio cualitativo en los modelos de comunicación.

Se impone de este modo un tipo distinto de presencia de los emisores sociales que tienen que hacerse leer, entender, diferenciar, en condiciones absolutamente distintas a las conocidas previamente. Esto implica no sólo la alteración de las técnicas de comunicación, sino también la alteración de los modos y procesos de identificación.

La comunicación social y sus medios pasan entonces de área táctica complementaria de la producción a campo estratégico del desarrollo. Así, la comunicación social que en etapas anteriores se interpretaba como un fenómeno referido a planos esencialmente extra-económicos (político, cultural, etcétera) se asume hoy como un mecanismo específicamente económico.

Los movimientos o desplazamientos articulados de la producción al cambio, y de lo económico a lo ideológico o a la superestructura cultural, son precisamente las dos grandes novedades producidas en nuestro entorno social que han instalado el problema de identificación de los agentes sociales creando el campo propicio para la aparición de la imagen institucional como verdadero género comunicacional de la época.

Expansión comunicacional y protagonismo del emisor

La expansión de la comunicación social y su acceso al rango de función estratégica del desarrollo económico implica un cambio importante en los propios modelos comunicacionales.

El esquema tradicional de la comunicación comercial, modelo a su vez de la comunicación social en general, consistía en la emisión de un mensaje persuasivo en el que su emisor proponía al público receptor un tema: las bondades de un producto. El anclaje entre emisor y receptor, entre oferta efectiva y demanda potencial, lo materializaba la propia mercancía, pieza transaccional que reúne en sí misma los intereses de vendedor y comprador.

La evolución del mercado de masas ha hecho que esa modalidad clásica de la persuasión social resultara insuficiente. La táctica de la apología del producto ve reducida su eficacia persuasiva debido a una serie de nuevas condiciones de contexto que convendrá considerar:

- La aceleración del cambio tecnológico desestabiliza la identidad del producto; al someterlo a una redefinición permanente, lo desdibuja;

- Desde el punto de vista comunicacional, la aceleración de los procesos de deslegitimación y relegitimación de la mercancía la vuelven inoperante como soporte y argumento de la comunicación;

- La progresiva socialización de la calidad tiende a eliminar las diferencias reales entre los productos de un mismo tipo, lo que imposibilita toda confrontación en el mercado.

El desplazamiento del valor de lo objetivo (producto) a lo subjetivo (productor) desplaza así los contenidos de la comunicación hacia la identidad del emisor. Este creciente protagonismo del sujeto, entendido como sujeto social, como entidad, es el proceso que comienza a incentivar y a promover la problemática de la identidad institucional.

Ahora bien, reconocemos estos procesos de construcción de la imagen en organizaciones con escasos recursos, como son la pequeña y mediana empresa o las empresas familiares, que deben salir a enfrentar un mercado por demás saturado de mensajes persuasivos y seductores que compiten de manera constante. Y lo más difícil: cómo sobreponerse a ese escenario sin morir en el intento.

Algunas respuestas tienen que ver con la intervención consciente, voluntaria y sistemática sobre la imagen general. Esto significa que la publicidad sufre un desplazamiento hacia áreas no convencionales, recanalizándose en términos de imagen.

La imagen corporativa, que inicialmente podría aparecer como un nuevo campo de la publicidad, se expande conceptual y prácticamente invirtiendo esa relación: la publicidad, en cualquiera de sus modalidades, constituye ahora uno de los tantos canales de emisión de la imagen corporativa. Esto redunda en que todas las decisiones que provoquen directa o indirectamente efectos de imagen cobren una importancia inédita, al punto de exigir una atención especializada y un tratamiento técnico sistemático. Es posible considerar que trabajando en este sentido y ampliando las miradas, se puede profundizar el problema y canalizar las soluciones.

Imagen de empresa

Es usual llamar imagen a las representaciones que tenemos de las cosas; por lo general, lo entendemos como la copia que un sujeto tiene de un objeto externo. Aunque las opiniones han variado a lo largo de las décadas, ha habido un supuesto constante en casi todas las teorías sobre la imagen psicológica que nos marca la presencia de una realidad interna que puede ser contrastada con otra realidad externa.

Según Justo Villafañe, la imagen “es un concepto construido en la mente del público a partir de un estímulo no necesariamente real, que es corregido por dicho público y que su resultado se da entre el estímulo (lo que vemos) y la experiencia (lo que conceptualizamos)”.

A partir de esta concepción, la realidad de la institución es un estímulo que provocará la experiencia colectiva. Al no existir una relación causal estricta entre los dos fenómenos (la empresa puede hacer una cosa y el público percibir otra muy distinta) el trabajo de la comunicación debería apuntar a modificar la experiencia receptiva utilizando atributos identificatorios para generar una imagen estratégica diseñada.

Esto no es una imagen ficticia, sino que mediante la identidad visual y la comunicación se pueden potenciar características corporativas para lograr una imagen intencional acorde con las expectativas de la empresa.

La empresa no es un objeto material observable, sino que es percibida por las múltiples acciones que realiza y las distintas interacciones que tiene con el receptor. No hay una única representación que implica todo lo que puede abarcar la empresa: una foto puede mostrar el edificio, un folleto puede hablar de lo que la empresa es, un logotipo puede remitir al nombre, pero ninguno de estos elementos la representan en su totalidad. De esto hablamos cuando apelamos al concepto de imagen desde una perspectiva integral.

La imagen corporativa no es el correlato perceptual de una entidad empíricamente comprobable, sino que es un concepto absolutamente subjetivo que reside en el público, por y para los públicos. La imagen de una empresa es una imagen mental y psicológica que tiene la característica de ser una imagen pública porque es compartida por el grupo que define su público.

En esta misma línea, Pascale Weil señala que la comunicación evolucionó desde el objeto del discurso hacia la atención por el emisor, lo que marca un cambio desde el mercado de la producción hacia el mercado de la comunicación.

La lógica de los productos es de orden económico y su emisor legítimo es la marca. Bajo esta lógica la empresa busca aumentar su cuota de mercado. Pasar de una concepción de la empresa basada en la producción: “Yo soy aquello que hago”, a una concepción basada en un proyecto orientado: “Yo soy aquello que hago para y por Ud.”, es el cambio de legitimidad que explica la progresión de la comunicación institucional.

Dice Norberto Chaves que si “controlar la imagen es actuar sobre la identidad” necesitamos clarificar cómo se relacionan una con otra y cuáles son los ámbitos de aplicación de una estrategia de imagen. En este aspecto, es el mismo autor el que ha trabajado por una conceptualización del fenómeno institucional y resulta ser el más esclarecedor.

Diagnóstico y planificación: una forma de intervención y transformación

Como primera aproximación a la definición de diagnóstico podemos decir que lo concebimos como una mirada atenta y sistemática de la realidad. Daniel Prieto Castillo define al diagnóstico como “una lectura esencial de determinada situación social, una lectura de sus conexiones esenciales desde una perspectiva histórica”. Esta lectura de la realidad es la que nos permite desentrañar parte de las respuestas que están ya presentes en toda situación social. Por esa misma razón, de la profundidad y rigurosidad que tenga el diagnóstico dependerá no sólo la precisión de las respuestas que se puedan ensayar como soluciones y alternativas, sino también la facilidad para encontrar acciones adecuadas al fin que se persigue.

Esto nos mueve a señalar que diagnosticar la comunicación implica entender los síntomas como signos que expresan el modo o los modos de cómo se está produciendo la comunicación en un ámbito específico. Diagnóstico y planificación equivalen al camino que nos conduce desde la situación inicial hacia una situación proyectada, introduciendo organización y racionalidad a las acciones.

A través de la metodología de diagnóstico y planificación nos acercamos a la realidad para conocerla y determinar los modos de intervención más convenientes.

En la actualidad el material existente sobre el tema imagen de empresa, imagen corporativa, comunicaciones internas, comunicaciones de marketing y publicidad, mejoramiento de la calidad y el servicio, etcétera, son abordados desde una perspectiva que en su mayoría responde al esquema de comunicación estímulo-respuesta.

Debe destacarse que si bien este esquema sigue teniendo vigencia para el campo de la comunicación empresarial y para la comunicación en general, las teorías que lo alimentan carecen, desde nuestra perspectiva epistemológica, de la sustentabilidad científica que tuvieron originariamente, siendo ampliamente superadas por nuevos paradigmas y nociones comunicacionales que se fueron sucediendo a través de las décadas subsiguientes y que incorporaron elementos que permitieron una problematización, profundización y complejización relevante en la temática planteada. El aporte original al tema está dado en el desafío que esta propuesta plantea al proponerse, entre una de sus metas, la elaboración y sistematización de material que articule: 1. nociones de comunicación desde una perspectiva de producción y construcción de sentido; 2. utilización de metodología cuali-cuantitativa; y 3. incorporación del diagnóstico/ planificación/ gestión como instrumento para conocer la realidad y modificar el futuro de pequeñas y medianas empresas (pymes).

Esta situación esta dada en el marco del auge, la legitimación y la aceptación, por parte de los públicos/ consumidores/ clientes, de las grandes políticas globales de comunicación implementadas por las grandes empresas que han definido y condicionado a un modo de presencia mediática que no podemos desconocer y ante la cual hay que actuar en consecuencia. De este modo, consideramos que es brindando herramientas de comunicación y planificación para la elaboración y diseño de estrategias comunicacionales dirigidas a los distintos públicos/ consumidores/ clientes como podemos, desde nuestro lugar de producción del conocimiento, aportar al crecimiento y desarrollo del sistema productivo.

Marketing promocional para Pymes en la provincia de Buenos Aires

En la tarea cotidiana de las empresas pequeñas y medianas no es tan simple la cuestión de pensar la planificación de la comunicación. Aquella herramienta o técnica novedosa que observamos como la solución de algunos de los problemas, al menos, tiene dificultades de implementación en el conjunto, en los recursos humanos, en definitiva en la comunicación, tanto en el interior de la empresa como hacia el mercado.

El mercado, con sus indiscutibles transformaciones tanto económicas como comportamentales, nos coloca irremediablemente frente a nuevas concepciones y nuevas prácticas sociales. Y la pregunta es: ¿Cómo estas nuevas ideas son aceptadas e internalizadas por las PYMES?

Estamos hablando de la necesidad de implementar un cambio. No resulta fácil internalizar los nuevos desarrollos, muchas veces se pretende desembarcar en las empresas locales recetas standard, que terminan fracasando porque no logran involucrar a todos los miembros de la organización, al cliente interno, única manera de intentar “otro diálogo con los consumidores”.

El problema reside en que cada uno tiene su propia idea de cómo tratar al cliente, y en general es cree que esto del nuevo marketing es un paquete de recetas que le traen la solución mágica a todos los pesares -que no son pocos- de las Pymes.

En verdad es un formidable esfuerzo por romper la tensión que está en la aplicabilidad de lo nuevo, de lo útil, “hacer que las cosas pasen”, en otras palabras generar condiciones de aplicación, que luego facilitarán la gestión. Ahora bien, ¿Qué demanda a las Pymes de la provincia de Buenos Aires el nuevo escenario? Poner énfasis en algunas cuestiones como la satisfacción de los clientes, la retención y fidelización de los mismos, la calidad total y las nuevas tecnologías (base de datos).

Ocurre a menudo que los empresarios y comerciantes simplifican en demasía el concepto de satisfacción del cliente. Existe la tentación a pensar en términos de cliente promedio. Pero una empresa tiene numerosos clientes, cada uno de los cuales en un momento determinado quiere ser reconocido como individualidad, como persona. Y por otro lado, cada uno de estos niveles de satisfacción del cliente (y de fidelidad) es un objetivo complejo y cambiante. Y aquí irrumpen con fuerza las nuevas herramientas convergentes del marketing directo y el marketing promocional.

Consumidores mucho más entrenados y exigentes demandan una visión más amplia e integral, nos obligan a encontrar valores comunes hacia adentro de la empresa (en todos los niveles de los recursos humanos) que nos permitan encarar sin fisuras y con el máximo de potencial, por ejemplo, una acción para reforzar la imagen de marca y prestigiar un producto.

Las Pymes tienen la ventaja de su flexibilidad para adaptarse rápidamente a los nuevos cambios. Tenemos que lograr que todos los miembros de la empresa comprendan que vale la pena el esfuerzo de pensar y tratar al consumidor, al cliente, de otra manera, de establecer relaciones desde una “mirada comunicacional”.

En una sociedad como la que estamos viviendo, sobrecomunicada, sobreofertada de marcas, productos y servicios; los consumidores comienzan campañas o estrategias agresivas de ventas. Es por esto que hay que comprender lo que está pasando y pensar estratégicamente. Tenemos la gran posibilidad de intentar una relación mucho más rica, más directa con el cliente, en suma, de entablar una auténtica comunicación que nos permita conocer más a los clientes, desarrollar buenas relaciones, hacer ventas directas, reactivar clientes inactivos pero también incentivar el personal, estimular a los vendedores y finalmente construir base de datos con abundante información de estas “nuevas relaciones”.

Lamentablemente, la más de las veces, en las Pymes el 80 % del tiempo encontramos a la gente dedicándose a cosas que ellos consideran muy urgentes pero, mirando más con detenimiento, observamos que sólo el 20 % representa cuestiones realmente importantes y dentro de estas, con seguridad, no está la comunicación. La idea es concretar todo el tiempo, que es un recurso escaso, en estas cosas del 20 %. Creemos que el marketing promocional resultará fructífero en las Pymes si es considerado como una estrategia que incluye a toda la empresa, a todos sus empleados y no solamente como una herramienta más.

El nuevo marketing es de afuera hacia adentro, empieza por los clientes actuales y potenciales, a través del contacto “de uno a uno”, tiene que ver definitivamente con crear cadenas de valor; como también decía en algún artículo Jorge Sardella: “... y de aquí en más, el cliente es el rey. El poder ha cambiado de manos”.

Notas

* El presente trabajo se inscribe en el Proyecto de Investigación: “Planificación de la comunicación al servicio de la identificación y construcción de modalidades de desarrollo de pequeñas y medianas empresas (Pymes) del partido de La Plata durante el período 2001/2002” dirigido por la Lic. Natalia Iñiguez Rímoli e iniciado el 01/01/01. Forman parte del equipo de investigación: Hugo Gariglio, Laura Buga, Liza Gagna, Daniela Manqueo, Verónica Miravalle, Leandro Robuschi y Genoveva Surraco.



Pymes. Contexto socio-histórico-político: situación actual
-compilación de textos-

MARÍA LAURA BUGA

Contenido
La reforma del estado en la argentina: De la hiperinflación al desempleo estructural
-Hiperinflación y primera reforma del Estado
-Segunda reforma del Estado
Un nuevo activismo económico municipal. La Planificación estratégica en el desarrollo local.El desarrollo local frente a la globalización
-Reformas De Estado
-La revalorización de lo local
-El impacto de la globalización
-Del rol pasivo al desarrollo local
-Oportunidades y amenazas al desarrollo local
-Límites y posibilidades del fortalecimiento de lo local
Desafíos competitivos del Mercosur a las pequeñas y medianas empresas industriales
-El desarrollo competitivo de las Pymes en Argentina
Bibliografía

La existencia de las pequeñas y medianas empresas se constituye en un factor de vital importancia para el desarrollo de los pueblos. En los últimos años las mismas han venido sufriendo cambios debido a las grandes transformaciones político-económicas del país. En este sentido, intentaremos dar un pantallazo de la situación que atravesó y atraviesa nuestra sociedad a lo largo de las últimas décadas y cómo se vinculan con esto las principales problemáticas que deben enfrentar las Pymes.

La reforma del estado en la argentina:
De la hiperinflación al desempleo estructural (García Delgado, Daniel)

Durante la Presidencia de Carlos Menem podemos distinguir dos etapas:

1ª Etapa, Plan de convertibilidad: estabilización del tipo de cambio, privatización de las principales empresas públicas y desregulación y apertura de la economía bajo el paradigma del Estado mínimo.

2ª Etapa, Orientada a extender el ajuste al conjunto de las provincias y llevar a cabo una profunda reforma laboral.

Estas reformas hablan de una profundización de las reformas estructurales y del modelo neoliberal.

-Hiperinflación y primera reforma del Estado

Comprende cuatro lógicas:

- Crisis terminal del Estado Benefactor agudizada por el último gobierno autoritario.

- Lógica de la emergencia (hiperinflación, adelantamiento del traspaso del poder, marco de ingobernabilidad).

- Influencia creciente de grupos económicos y organismos internacionales para apuntar al Estado Benefactor como ineficiente y causante de todos los males.

- Estilo político de Menem (concentración del poder y decisionismo por sobre concertación)

La idea inicial fue eficientizar el gasto, garantizar la apertura económica, reducir el rol productor del Estado, generar condiciones para la radicación de capitales y transferir la ejecución de las políticas sociales a las provincias, reduciendo notablemente la administración central.

Profundo cambio del Estado: obtención del equilibrio fiscal, racionalización del aparato administrativo, reestructuración del estado empresario, corporativo y la supresión de normativas regulatorias estatales.

La Reforma del estado -al operar más por necesidades de caja, de recorte de gasto, que por afán de ampliar las capacidades de gestión y de democratización-, generó la tan difundida caracterización de este proceso como de “desmantelamiento” del Estado. Así, lo característico de esta primera reforma no fue sólo la reducción de su tamaño, del nivel de cobertura social del estado de bienestar, ni la desaparición de sus roles empresarial y empleador, sino su drástico debilitamiento en favor de los mercados. A la vez, en términos políticos la eficacia lograda en lo económico fue un elemento de consolidación democrática y de mejoramiento de la gobernabilidad. Pero las relaciones de poderes implícitas en la misma, también facilitaron la constitución de una democracia, en términos de O’ Donnell, “delegativa” o, para otros autores, “fragmentaria”.

En este caso las tareas no resueltas fueron:

- La falta de consideración de la preservación de áreas estratégicas para el desarrollo nacional.

- La desestructuración del aparato productivo industrial y su impacto negativo en el empleo.

- La ausencia de preocupación por generar áreas de autonomía tecnológica, la apertura unilateral y la desrregulación impiadosa, promovieron la desestructuración de las Pymes junto a una creciente vulnerabilidad externa y una situación de precariedad fiscal.

- La reforma del Estado, al operar más por necesidad de recorte que por mejoramiento de la gestión, generó esta imagen de desmantelamiento. Un rasgo específico del proceso de cambio del Estado argentino que a partir de la implementación de políticas lo conciben más en términos de presupuesto, disciplina fiscal, peso o tamaño, que de relación social, garante del bien común, o instrumento de transformación de la sociedad sobre si misma.

-Segunda reforma del Estado


REFORMA I
REFORMA II
Período
1989-1995 (Cavallo)
1995-1999 (R. Fernández)
Contexto
Hiperinflación
Eje: Estabilidad
Desempleo Estructural
Crisis Fiscal
Reforma
Cambiaria (convertibilidad)
Privatizaciones
Desregulación-Apertura
Administrativa
Descentralización Político-Social
Sistema de Control (ley)
Apertura
Provinciales, laboral, de la salud, educativa, de las obras sociales, de la justicia, del sistema tributario, política social focalizada, privatización de, bancos, aeropuertos, etc.


Un nuevo activismo económico municipal
La Planificación estratégica en el desarrollo local
El desarrollo local frente a la globalización
(Arocena, José)

A mediados de 1996 el creciente déficit fiscal y el desempleo estructural generaron un creciente desgaste entre el poder político (Presidencia) y el tecnocrático (Economía). Y se presenta tanto la necesidad de hacer frente a los desafíos que implica la globalización como a la exigencia de mejorar la competitividad del país y reducir el desempleo.

Otras metas: aumentar la agilidad estatal y los mecanismos de auditoría y de participación social; el pasaje de organizaciones piramidales, jerárquicas y centralizadas a estructuras más desconcentradas, la eliminación y/o reorganización de organismos a través de la fusión, la reducción o la transformación de instituciones; la profundización de la heterogeneidad y la competitividad entre sus agentes. Lo más novedoso de la esta Reforma fue el fuerte énfasis flexibilizador del mercado laboral.

En esta etapa se percibe una tensión y distanciamiento entre un gobierno que avanza en las reformas estructurales (en el eje flexibilización y privatización) y la sociedad, lo que se traduce en una pérdida de apoyo político y de popularidad del Presidente.

Un nuevo estado (postsocial o neoliberal) comienza a perfilarse, un modelo de estado y de relaciones estado-sociedad distinto al liberal de fines del siglo XIX como al de bienestar o desarrollista de mediados del siglo XX.

Este nuevo estado y el gobierno comienzan a ser presionados desde cuatro puntos:

- el internacional producto de la globalización,

- el regional -local producto de la descentralización de las competencias estatales,

- el social debido a la mayor diversificación de y organización de los grupos de presión,

- el partidario tradicional producto de la crisis de representación y desafección con lo público de los ciudadanos.

Los Estados Nación del siglo XIX estarían siendo reemplazados por “estados municipales”, porque su capacidad de operar tiene que ver con un conjunto de variables y restricciones mucho mayores que habitualmente tenía la polis de la modernidad. La transferencia de competencias y de autoridad del Estado nacional hacia el subnacional tiene como lógica contrapartida -vía descentralización- un aumento del rol de los municipios en el desarrollo local y en la gestión social de la crisis. Ello trae consigo la incorporación de novedosos y creativos sistemas de concertación intra e intermunicipal, la reformulación de su gestión en interacción con organizaciones de la sociedad civil a sí como la lucha contra la crisis económica y el desempleo mediante medidas de emergencia. Al mismo tiempo se produce una creciente vinculación local-global, un aumento de las interacciones de los municipios con organismos internacionales de cooperación y crédito, la constitución de redes exportadoras y de intercambio con el Mercosur.

El aumento de la diferenciación funcional y de la complejidad ha aumentado el número de grupos de presión, de organizaciones no gubernamentales, de esferas públicas no estatales ha ampliado y diversificado las demandas. Se observa una fuerte autonomización de la economía de la política. Se conforma un modelo democrático delegativo y fragmentado, una escena pública coyunturalista proclive ya no a la crisis del régimen, como en el ciclo anterior pero sí a la debilidad de la política y la crisis de gobernabilidad.

-Reformas De Estado                          

-La revalorización de lo local

En los últimos años se observa la aparición de una nueva escena local, asociada al proceso de reforma del Estado. Una novedosa articulación público/privado, una mayor asociatividad horizontal de los municipios entre sí y la incorporación de nuevos roles económicos y sociales a su gestión. En una era postfordista de producción flexible, de ciudades globales y nuevos espacios industriales, esta emergencia sugiere una revaluación de las políticas locales.

Por un lado, se produce una suerte de revitalización de la esfera local y, por el otro, el municipio aparece también como punto de condensación de la fragmentación social, de la crisis de mediaciones y de la falta de recursos. Podemos pensar en dos factores movilizadores de los nuevos escenarios: la reforma del estado y la globalización.

a- El proceso de Reforma Estructural

En primer lugar, la estabilización económica a partir del plan de Convertibilidad se convierte en un posibilitador de mejora de la eficiencia y la eficacia de la gestión, al posibilitar el cierre de cuentas y un mayor control sobre el equilibrio fiscal.

En segundo lugar, las políticas de descentralización han significado la cesión de competencias a provincias y municipios en el área de la política social. En nuestro caso la descentralización ha estado básicamente vinculada a la crisis fiscal del Estado, a la distribución de los costos del ajuste y a la atención de la nueva cuestión social desde realidades más cercanas.

La descentralización supone mayores competencias de hecho o de derecho, lo que significa mayor presión para las comunas. El Estado centra, tira la crisis para abajo, primero hacia las provincias y de estas hacia las comunas, en un proceso en donde los municipios tienen que hacerse cargo de los problemas que tiempo atrás parecían impensados para esta dimensión. Tienen que dar respuestas más amplias y afrontar exigencias de eficacia y eficiencia, muchas veces sin recursos o sin las capacidades técnicas y de gestión.

Esta transferencia de responsabilidades le asigna a los municipios la gestión de las consecuencias sociales de las decisiones económicas del gobierno central. El gobierno local, es receptor directo de la posible protesta ciudadana pero también de programas sociales generales. Descentralizado el conflicto, la sobrecarga de tensiones y demandas puede hacer que el estallido en el último eslabón termine impactando en la escena nacional vía los medios de comunicación.

-El impacto de la globalización

En este marco los Estados Nacionales, pierden capacidad de regulación y de soberanía y compiten entre sí por hacerse atractivos a las firmas y a la inversión externa directa por reducir y flexibilizar impuestos. La globalización genera cambios en los patrones de localización de las empresas, privilegiando consideraciones territoriales y relaciones más competitivas entre las ciudades.

La revolución tecnológica posibilita mayor capacidad de comunicación conectividad local-global, lo que favorece esquemas multicéntricos y reticulares de intercambio de carácter horizontal-territorial. La globalización genera una nueva estructura de oportunidades, pero también promueve una mayor desigualdad en la distribución del ingreso y de la riqueza. Provoca un crecimiento de la incertidumbre en los mercados, promoviendo preferencias por el corto plazo, favoreciendo la especulación y el predominio de la economía virtual por sobre la real. La pérdida de puestos de trabajo y el aumento de la desigualdad social, despiertan preocupación por la capacitación y la educación como insumos claves de la nueva forma de producir.

En lo cultural, el impacto de la globalización en tanto pérdida de la identidad nacional, uniforma los estilos de vida, estandariza los consumos y generaliza modas y prácticas que hacen que casi todos se vistan de una misma manera y tengan similares preferencias y aspiraciones en una suerte de norteamericanización de la cultura. La contrapartida a esta tendencia homogeneizadora es la búsqueda de identidad, que privilegia lo local, lo territorial, lo autóctono y tiende a la heterogeneidad y a revalorizar las diferencias locales.

En síntesis, la descentralización y la globalización están generando más tareas a resolver por los gobiernos locales y nuevos desafíos a enfrentar en lo político, lo económico y lo social, obligando a los municipios a efectuar un replanteo de su organización misiones y funciones.

-Del rol pasivo al desarrollo local

El rol pasivo en lo económico tuvo dos motivos. Primero por el carácter autárquico y delegativo del gobierno local, su falta de competencias y recursos extractivos, su carácter no gubernamental, sino administrativo y autárquico. Segundo por el avance de las políticas de desarrollo que, desde los 40, promovieron un desarrollo desde arriba. Frente al Estado Keynesiano que promovía el desarrollo del estado nacional, el desarrollismo promovió el impulso provincial y regional.

Esta perspectiva pasiva local ahora es cuestionada por el influjo de las privatizaciones, la descentralización y la rápida desestructuración del modelo productivo anterior, y por el dinamismo que imprime la globalización. Las crecientes demandas sociales provocadas por las políticas neoliberales, orientan a los municipios hacia un nuevo activismo económico. Las preocupaciones se originan en la falta de empleo y la necesidad de capacitación, de vincular oferta y demanda de mano de obra con empresas locales, tercerizar la gestión y suplir con concursos, pasantías y apoyos universitarios las capacidades requeridas para el empleo.

Y parte del supuesto de que los problemas de empleo pueden solucionarse de una forma más eficaz a través de la tarea de los gobiernos locales, que la administración pública más próxima al ciudadano puede afrontar estos temas en forma más rápida y precisa. Esto requiere capacitación técnica y política de los recursos humanos locales, junto con el máximo aprovechamiento de los recursos de la zona como claves del éxito. Lo novedoso es que se intensifica la búsqueda de potencialidades locales propias. Se incorpora a productores, empresarios y organizaciones sociales del lugar para encontrar alternativas de organización económica que amplíen y diversifiquen los negocios locales lo que da lugar a distintas formas de encarar el desarrollo local. Todas estas experiencias hablan de la importancia de la configuración de nuevas áreas de solidaridad basadas en lo territorial, económico y cultural, y del posicionamiento de cada ciudad de cara a una competencia económica de carácter global.

La planificación estratégica presupone incorporar a la gestión pública al sector privado y social, así como una mayor flexibilidad sobre las fortalezas y debilidades de la estructura productiva local. Esto requiere que los municipios amplíen su esfera de actuación, agregando a sus funciones tradicionales (obra pública, servicios básicos, regulación de la vida comunitaria) el diseño de estrategias de desarrollo local tendientes a la generación de ventajas y asistencia a la competitividad empresarial local, así como la atracción de inversores.

Esto no significa salir de un rol pasivo en lo económico para pasar a otro interventor, productor y empleador, similar al del Estado de Bienestar, sino incorporar una perspectiva del Estado catalizador, estratégico, que otorgue un rol más activo al municipio y no lo conciba como mero redistribuidor de recursos públicos. El objetivo es ampliar la capacidad productiva de una ciudad o micro-región a través de la coordinación e integración de esfuerzos focalizados en un territorio de actuación haciendo que las políticas públicas no sean sólo diseñadas y realizadas por las administraciones centrales, sino también por los gobiernos locales. Las tendencias promovidas por la globalización abren posibilidades para configurar nuevas empresas y servicios y aprovechar nichos productivos.

En realidad el carácter diferencial de la estrategia es reconocer que el territorio también cuenta, que es allí donde se produce la descoordinación-coordinación de las acciones de todos los actores económicos y que por lo tanto, la visión estratégica desde lo local es relevante para el desarrollo económico. Para esta capacidad estratégica, cada municipio dispone de un conjunto de recursos humanos, naturales y financieros, un patrón histórico y cultural, una dotación de infraestructura y un saber-hacer tecnológico que constituyen su potencial de desarrollo.

Las condiciones de competitividad no sólo implican la reducción de costos, sino también la existencia de condiciones de sustentabilidad ambiental, de calidad regulatoria y de servicios del propio lugar. Se trata de identificar las competencias de base con que se cuenta, de aumentar el valor agregado local, y de generar sinergias, como cooperación entre actores sociales para el logro de propósitos compartidos. Las ciudades revisten importancia especial, porque representan más competencia entre sí. Una de las mayores consecuencias de la globalización es la aparición de las ciudades como protagonistas de la escena mundial. Pero este proceso impulsado por la globalización también está profundizando las diferencias sociales geográficas, haciendo que la innovación y el mayor protagonismo local, no sean homogéneos ni generalizados. Pueden distinguirse tres diversas situaciones de acuerdo al tamaño de los grupos urbanos: las grandes ciudades, las ciudades intermedias y las pequeñas comunas.

En la actualidad estas comunas están integradas económicamente al circuito de la producción y el consumo internacional de una manera e intensidad diferente de como lo hicieron en el pasado, y han comenzado a ser los espacios privilegiados de articulación de la realidad nacional con la global. También por el hecho común a todas ellas de concentrar cordones de pobreza, enfrentan problemas de exclusión así como situaciones de inseguridad creciente y problemas de gobernabilidad específicos. Por su parte, en las ciudades intermedias que cuentan con cierta base de recursos materiales propios, es donde se observa un gran dinamismo e innovación en esta orientación al desarrollo local, (por ej. Rafaela, provincia de Santa Fe). Por último, aparece la mayoría de los municipios de tercer rango, entre los cuales hay una enorme proporción que transita por situaciones dependientes, donde cuanto más pequeño el municipio, menos capacitado para responder a los nuevos requerimientos. La planificación estratégica puede convertirse en un instrumento clave para asociar a la comunidad y comprometerla con esas metas de desarrollo local; para identificar oportunidades y amenazas para un desarrollo sostenido y equitativo.

Este planteo parte de una concepción amplia e interdisciplinaria. En realidad, el gran desafío del planeamiento estratégico es que la comunidad asuma como propio el proyecto o el lineamiento que surge de esta concertación.

-Oportunidades y amenazas al desarrollo local

La localidad de las inversiones responde a un máximo de rentabilidad y en ello juegan un rol fundamental las ventajas que ofrecen las regiones o ciudades, en cuanto a infraestructura básica, de comunicación, disponibilidad y calificación de la oferta laboral, la existencia de centros de desarrollo tecnológico y de capacitación. La falta de políticas activas para las Pymes, no sólo en el crédito, sino en la elaboración del diseño de desarrollo tecnológico, e innovación tecnológica.

La globalización se transforma en una oportunidad especialmente favorable para aquello territorios con niveles medios de desarrollo y dotados de capacidades estratégicas relevantes. Otro obstáculo lo constituyen las debilidades tecnológicas y comerciales de las comunidades locales para participar activamente en el mundo global. Se trata de aprovechar en beneficio común las fuerzas parciales. También puede señalarse como un obstáculo, la habitual disociación existente entre producción, competitividad y recursos educativos zonales, sobre todo si se tiene en cuenta el decisivo aporte que tiene el conocimiento para el logro de productos de calidad.

-Límites y posibilidades del fortalecimiento de lo local

La innovación en la gestión local no significa recortar el espacio público. Tampoco se trata de ignorar la responsabilidad del ámbito nacional en la profundización del dualismo y la exclusión, pero si afirmar que lo local tiene márgenes de autonomía y que pueden aprovecharse a través de esta mayor capacidad gerencial, estratégica y de articulación público/privado.

Esto significa reconocer los distintos niveles en los que se juega la problemática del poder en la etapa de la globalización (nacional, subnacional, regional) y ver la necesidad de una articulación coherente. Porque descentralizar puede significar tanto fortalecer lo local en lo institucional, o en lo económico, o confirmar una situación en donde el aprovechamiento de las nuevas oportunidades de desarrollo local será sólo para algunas pocas ciudades, reproduciendo también a nivel espacial la dinámica incluidos y excluidos que se observa en lo social.

Fortalecer lo local: promover una mayor autonomía institucional y económica, una redistribución distinta de los recursos institucionales y de poder en la relación nación-provincia-municipio; explorar nuevas posibilidades institucionales tanto en el eje de las contribuciones municipales como en el apoyo tecnológico y de recursos que se presten a este tipo de acciones.

Esta revalorización de lo local, no supone una revolución sino una oportunidad, un desafío en orden a una transformación de la sociedad con rasgos solidarios e inclusivos, se requiere llevar a cabo una modernización del modelo de gestión hacia el conjunto de los municipios del país. Tener capacidad de replicabilidad de las experiencias exitosas, y de superar las limitaciones de poder y de recursos que las actuales políticas neoliberales generan. Además, se trata de asumir que este desafío no sólo es para la clase política local, sino también para la sociedad civil, tanto del sector privado como del tercer sector.

Estilos de gestión y políticas sociales municipales en argentina (Arroyo, Daniel)

El impacto de la Reforma del Estado sobre la gestión municipal:

- aplicación de programas de privatización, desregulación económica y reducción del gasto público

- reforma del aparato público administrativo

- concreción de políticas sociales focalizadas hacia los sectores de pobres estructurales

- modificación de la estructura institucional y de la relación Nación-Provincias-Municipios.

Estas políticas transformaron el rol del Estado produciendo una fuerte transferencia de funciones, hacia el mercado -privatización y desregulación-, hacia el nivel regional -constitución de espacios supraregionales- hacia adentro del aparato estatal -reformas administrativas, reducción y profesionalización del personal-, hacia la propia sociedad -generalización de programas sociales focalizados para los sectores de menores recursos- y hacia los Municipios -transferencia de funciones y competencias que antes se encontraban en manos de los niveles nacionales y provinciales-.

Si bien la reforma tiene varias direcciones todas tienen efectos sobre la gestión de los municipios. Si bien se han generado nuevas oportunidades, también deben enfrentar nuevos problemas para los cuales no estaban preparados. Frente a esto se presentan dos problemas a resolver: el aumento de la capacidad técnica y de gestión y la creciente localización de las demandas ciudadanas. Esto cambios han modificado las pautas de funcionamiento del aparato público local y de los actores sociales, potenciando el surgimiento de un grupo heterogéneo de organizaciones desarrolladas desde la propia sociedad civil que obligan a un análisis profundo respecto del rol social del municipio, de las posibilidades de estas organizaciones y de las perspectivas de trabajo en conjunto en el ámbito local.

Sin embargo esto no implica un amplio grado de participación social, la ciudadanía se organiza sólo en función de algunos reclamos a nivel local. La articulación de las acciones municipales con la pequeña parte organizada de la sociedad se plantea como un desafío para los gobiernos locales.

Los ejes para pensar la gestión municipal son:

- La tensión entre lo estratégico y lo coyuntural. Los programas sociales a nivel nacional no contemplan las particularidades locales sin tener en cuenta que el nivel local se presenta como un lugar estratégico para las políticas de asistencia y promoción.

- La planificación concertada con actores sociales. Es en este nivel que se pueden establecer relaciones entre gobierno y organizaciones. El trabajo en conjunto permitiría plantear políticas que contemplen las necesidades del conjunto así como las particulares.

- Los mecanismos de control social e institucional. Esta tarea no sólo debe ser llevada a cabo por los mecanismos internos, sino también por organizaciones sociales. Acercar a la sociedad a través del control de las acciones gubernamentales.

- Los problemas de corresponsabilidad Estado-Sociedad para establecer nuevos mecanismos de participación como la implementación de programas sociales a través de organizaciones. Sin embargo esto no es fácil debido a que se suelen presentar dificultades como el intento de cooptación política del equipo del gobierno hacia las organizaciones y el temor de estas últimas a involucrarse con el Estado.

- La construcción de espacios de articulación regional: la articulación entre los propios municipios a través de mecanismos de fortalecimiento regional para la implementación de programas focalizados que apunten a lograr mayores niveles de eficacia y mejores posibilidades de impacto. Se trata de potenciar la integración a nivel regional tanto en la trasferencia de experiencias y tecnologías de gestión en programas sociales como la apertura a otros estilos y modelos de gestión.

- La capacidad para llevar adelante programas sociales a nivel local tiene que ver con la articulación que se dé entre: los instrumentos técnicos, los estilos políticos y los niveles de participación de las organizaciones de la sociedad civil.

Dos percepciones frente a la sociedad contemporánea:

- importancia de los procesos supranacionales en el desarrollo de los mercados globales

- disociación creciente entre cierta forma de racionalidad instrumental (tecnologías desarrollándose en procesos relativamente autónomos y homogéneos) y las maneras como los sujetos expresan sus referencias básicas (identidades produciendo diversidades radicales)

La globalización genera una lógica que tiende a disminuir las autonomías, aumentar las interdependencias, acrecentar la fragmentación de las unidades territoriales y producir marginación de algunas zonas. Es preciso buscar formas de articulación local-global para analizar pero, para no pararse en esta lógica de polaridad del desarrollo local, manteniendo una apertura local a lo particular y una capacidad de observación de las maneras en que se inscribe lo universal en lo particular.

Los procesos locales no están totalmente determinados por mecánicas preestablecidas de acumulación, dan lugar a la construcción de estrategias locales, que reconozcan la existencia particular del territorio y para ello la visión estratégica es la del actor local. La noción de desarrollo viene teñida históricamente de una idea de uniformización, en donde el progreso significaba asemejarnos a los más “desarrollados”. El modelo uniformizante demostró claros signos de crisis. La emergencia de las diferencias está señalando el final de una época en la que reina la uniformidad.

“Las sociedades contemporáneas están confrontadas a la construcción de formas de integración social que partan del reconocimiento de la diferencia. Esta búsqueda se da al interior de una tensión que acompaña necesariamente el proceso de globalización: cuanto más se acentúa el proceso, más necesario se vuelve alimentarlo con modos locales de desarrollo y con nuevas formas de protección de vida”. En los países industrializados, a partir de la década del ochenta, las políticas de desarrollo local se orientaron a movilizar el potencial humano que la crisis dejaba al borde del camino.

En muchos casos la noción de desarrollo local sirvió para dinamizar las sociedades del Tercer Mundo, movilizar las poblaciones marginadas por la crisis en los países industrializados. El fomento de la pequeña empresa, las acciones de capitalización de creadores de empresas, las políticas de formación para el empleo, las iniciativas de las instituciones locales en materia económica, los llamados polos de reconversión, son expresiones de estos esfuerzos por movilizar los recursos humanos en períodos de crisis. En muchos casos en desarrollo local parte de lo cultural a lo económico. Las identidades locales son las que intentan impulsar procesos de desarrollo. Es así como la pequeña iniciativa local se puede constituir en un instrumento importante en la construcción de nuevas formas sociales.

En América Latina se vivió un crecimiento desarticulado. A nivel nacional, inflación, pobreza, aumento de la deuda externa; a nivel local, desocupación, dependencia tecnológica, desarrollo del sector informal, marginación de varios sectores. A esto se suma la debilidad de las instituciones locales latinoamericanas, principalmente de los municipios de ciudades medias y pequeñas. Existen excepciones como el caso de municipios que cuentan con mayores recursos, o bien aquellos que implantaron un cambio en el funcionamiento municipal con mecanismos participativos. Se busca fortalecer la institución local apelando más a la sociedad civil que a reformas político-institucionales.

Desafíos competitivos del Mercosur a las pequeñas y medianas empresas industriales (Gatto, Francisco)

La actividad económica y productiva de las Pymes industriales desde comienzos de los años noventa ha estado inmersa en un proceso de fuertes cambios macroeconómicos y regulatorios. Estas transformaciones nacionales fueron acompañadas, además, por cambios en el contexto económico, comercial y tecnológico internacional. El proceso de integración Mercosur es uno de los condicionantes en tanto tiene repercusión estructural en la conducta productiva de las empresas así como en la definición de sus estrategias.

Gran parte de las Pymes debieron rediseñar negocios, refundar o reconceptualizar la actividad productiva y estrategias empresariales. Esto se debe a que las firmas necesitan insertarse en un nuevo escenario productivo, tecnológico, comercial, y de negocios. Esta transformación significará modificar comportamientos históricos y pautas de funcionamiento muy arraigados en las empresas y poner en marcha un proceso deliberado de construcción de nuevas capacidades competitivas basadas en los conocimientos y aprendizajes disponibles en la empresa y en el acceso a sistemas de soporte y apoyo técnico, y convalidarse en las nuevas condiciones y dinámica de la demanda y de los mercados.

Alrededor del 60 % de las Pymes localizadas en el Mercosur está expuesto a las consecuencias del proceso de integración, tanto por la apertura de las nuevas oportunidades comerciales y productivas como por el aumento de la amenaza y presión competitiva de empresas de otros países. A su vez debemos tener en cuenta que se encuentran inmersas en un mercado global del que participan grandes empresas con las que tienen relaciones comerciales y de competitividad.

El impacto del Mercosur en las Pymes es muy variado y desigual. Los principales desafíos empresariales en este sentido han sido:

 - La reestructuración del negocio de la firma, compatible con el escenario económico y productivo resultante del Mercosur.

El cambio en el tamaño del mercado y la vinculación cada vez mayor entre los submercados alteran sustancialmente no sólo la morfología misma de los mercados, y las escalas productivas y operativas óptimas, sino también el tipo de producto, los niveles de especialización productiva, la prestación de los servicios, etc. Para la mayoría de las Pymes esto no significa ampliarse en forma proporcional, sino definir una estrategia de expansión a partir de sus capacidades sobre parámetros distintos a los que se manejaba con anterioridad. La disponibilidad de recursos de gestión y el acceso a financiamiento son factores que determinan a las Pymes una trayectoria de crecimiento particular, que les exige combinar las capacidades y competencias disponibles. Muchas Pymes han optado por una estrategia de expansión especializada en menores líneas de productos para su mercado interno y en atender demandas concretas de clientes (empresas o importadores).

En cuanto a las fortalezas y debilidades de las Pymes en el nuevo escenario se observa un desequilibrio entre las fortalezas técnico-productivas y las debilidades de gestión. Las Pymes se originaron mayoritariamente en las competencias técnicas de sus dueños, en conocimientos tácitos y habilidades productivas de empresarios y operarios. En las últimas décadas estas comenzaron a aprender a desenvolverse en situaciones de incertidumbre económica, inflación y horizontes de corto plazo. El actual escenario necesita otros saberes y competencias, un nuevo proceso de aprendizaje y de desarrollo de las capacidades requeridas por las nuevas condiciones de funcionamiento. Las pequeñas y medianas empresas del Mercosur no compiten sólo con empresas de otros países. Las empresas locales compiten con “sistemas productivos” donde la empresa que efectivamente produce o comercializa un bien basa su competitividad en un sistema de relaciones productivas y marcos institucionales que contribuyen significativamente a su posicionamiento en el mercado y a la construcción de ventajas competitivas.

- Reposicionamiento en el mercado ampliado e inicio de un proceso de internacionalización

Frente a un cuadro más complejo, las Pymes deben articular capacidades y conocimientos que dependerán de su acceso a información, así como del apoyo de instituciones locales y otros vínculos. Esto es imprescindible a la hora de buscar modalidades de inserción externa y de cooperación empresarial que constituyen innovaciones sustantivas a la gestión empresarial y que en cierto grado afectan su individualismo.

Los rasgos o características de las Pymes que constituyen elementos de conflicto en el nuevo escenario son:

- Un alto nivel de centralización en la toma de decisiones: una estructura de funcionamiento piramidal con fuertes limitaciones para delegar funciones con relaciones muy próximas o personales.

- Una estructura patrimonial cerrada. En general las empresas son familiares por lo que es difícil distinguir el patrimonio de la empresa del familiar. Esto puede general una barrera para el desarrollo de formas asociativas o para la ampliación del capital.

- Ausencia de procedimientos formales operativos.No disponen de normas de procedimiento escritas sobre operaciones productivas, calidad, etc.

- Expectativas construidas sólo a mediano plazo. Los proyectos son concretos y a mediano plazo.

- Una gran parte de su gestión estratégica forjada a partir de la intuición. Suelen no utilizar servicios de consultorías externos pues dependen altamente de sus recursos propios (humanos y financieros). Fuentes erráticas de financiamiento: financian sus procesos de inversión principalmente con ahorros propios, reinvierten ganancias o fondos familiares. Sólo en algunos casos recurren al financiamiento bancario formal de largo plazo.

- Una de las características más costosas de las Pymes se vincula con el aislamiento de las firmas en relación con otras empresas y con su entorno técnico-productivo e institucional de apoyo.

Entre las necesidades de las Pymes figuran:

- El mejoramiento del marco regulatorio y operativo de los negocios.

- El acceso a información específica y consejería para su interpretación, incluyéndose desde información comercial y normas técnicas hasta la consultoría tecnológica.

- El desarrollo de capacidades intraempresa (recursos humanos, especialmente empresariales y de gestión) y facilitación del acceso a una infraestructura de servicios técnicos.

- El financiamiento en igualdad de condiciones con firmas de mayor tamaño.

-El desarrollo competitivo de las Pymes en Argentina

Las Pymes se encuentran condicionadas por un conjunto de factores como marcos regulatorios, reglas y políticas macroeconómicas, estrategia y política industrial, acceso a los mercados, grado de complejidad del tejido productivo, características tecnológicas y organizativas de las principales empresas. Según estudios realizados, las mismas empresas reconocen las principales restricciones a las que se enfrentan:

- Las tasas, plazos y garantías exigidas por los bancos condicionan el acceso a financiamiento y limitan la evolución de sus negocios.

- Los altos precios de los servicios de infraestructura (vial, energética comunicaciones, etc.) atentan contra la competitividad de las firmas.

- Inseguridad jurídica, incumplimiento de contratos.

- Falta de regulación y control de las importaciones.

Estos condicionantes se ubican a corto plazo, podemos identificar otros que afectan de igual manera al desarrollo de estas empresas como: la falta de adecuación de los servicios de apoyo a las Pymes por parte de las instituciones públicas, los sobrepagos de tramitaciones con entidades oficiales, la falta de adaptación de los servicios de consultoría y capacitación a las necesidades de las firmas, la actitud poco favorable a la modernización tecnológica de las Pymes por parte de las grandes empresas. Si bien estos aspectos son reconocidos por las empresas como condicionantes no son reconocidos como prioritarios. Esto demuestra un desinterés generalizado por los aspectos que pueden influir en la creación de capacidades y en la creación de ventajas competitivas a mediana maduración.

La vinculación de las Pymes argentinas con instituciones públicas y privadas de su ámbito es en general muy limitada. En este marco las entidades gremiales empresariales ocupan un papel importante como mediadoras, si bien su funcionamiento no es considerado totalmente eficaz por las firmas. Las políticas y programas de apoyo a las Pymes tal como son diseñados e implementados actualmente resultan poco eficaces para gran parte del empresariado, en especial para los que mayor asistencia necesitan. Según las mismas instituciones existiría un escaso desarrollo de un contexto institucional favorable que promueva las interacciones, la asociación y la concertación entre actores, a los fines de generar un ambiente más propicio para el desarrollo de este segmento empresarial.

Bibliografía

GARCÍA DELGADO, Daniel, Estado-Nación y globalización. Fortalezas y Debilidades en el umbral del tercer milenio, Editorial Planeta, Bs. As. 1998.
AROCENA, José, “El desarrollo local frente a la globalización”, en Hacia un nuevo modelo de gestión local, UBA, Publicaciones del CBC, 1997.
ARROYO, Daniel, Estilos de gestión y políticas sociales municipales en Argentina.
GATTO, Francisco, “Desafíos competitivos del Mercosur a las pequeñas y medianas empresas industriales”, en Revista de la CEPAL, 1999.
AA.VV., Los problemas del entorno de negocios. El desarrollo competitivo de las Pymes en Argentina.