Nathalie Iñiguez y Genoveva Surraco |
La comunicación y las Pymes: un desafío permanente*
El desafío está en la comunicación
NATHALIE IÑIGUEZ RÍMOLI
Contenido
La construcción de la imagen
El proyecto
La mirada metodológica
El proceso
La importancia que cada día adquiere el papel de las Pymes en el aparato productivo del país ha sido tomada en cuenta por los proveedores de tecnologías de comunicación e información, tanto que las grandes empresas hoy están teniendo en cuenta a la pequeña y mediana empresa a la hora de ofrecer a este segmento económico soluciones tecnológicas.
Podemos decir que las grandes empresas miran hacia aquellas de menor tamaño a la hora de ofrecer soluciones de posicionamiento que mejoren su productividad y competitividad. En la actualidad es necesario que las Pymes adopten las nuevas tecnologías para lograr una mayor rentabilidad, una reducción de sus costos y mejoren sus procesos.
En el contexto de la globalización, la Comunicación, las Tecnologías de Información y la Innovación constituyen aspectos indispensables de aplicar para mejorar la competitividad y oferta de las pequeñas y medianas empresas. Junto con ello, el apoyo de algunos programas gubernamentales para el financiamiento de pequeñas y medianas empresas también es fundamental para que accedan a la internacionalización de sus productos, pero fundamentalmente tener claro el modelo de negocios que se desea iniciar, la incorporación de los aspectos comunicacionales, de la planificación y gestión, no solo de dichos aspectos, sino del conjunto de tareas y acciones que la Pyme encara con vistas al futuro de corto, mediano y largo plazo, y la capacidad de adaptarse a los cambios exógenos que tanto condicionan a este tipo de empresas.
Existe la imperiosa necesidad de que las Pymes adopten, dentro de sus posibilidades, las nuevas tecnologías para maximizar su funcionamiento y crecimiento, enfrentar las crisis y alcanzar un negocio altamente rentable.
Algunas de las ventajas que ofrecen las tecnologías de información pueden ser la reducción de costos, la mejora de los procesos (tanto comunicacionales como de producción, distribución y comercialización), la expansión de la base de clientes, los nuevos nichos de productos y servicios, además de la mejora del servicio al cliente.
Las condiciones competitivas actuales requieren que las organizaciones desarrollen estrategias dinámicas, innovadoras y con alto contenido de adaptabilidad a los mercados, adecuándose a las necesidades cada vez más exigentes de los clientes. Estas nuevas pautas de juego, impulsadas por una agresiva globalización y por cambios radicales en los hábitos y consumos de los públicos, han transformado y modificado las reglas tradicionales que los empresarios han aplicado en la última década. Un mercado interno con reducido volumen de comercialización de productos y servicios ha generado la necesidad de la búsqueda de conquistar nuevos mercados.
Las limitaciones por la dificultad de la obtención de créditos, la escasa reinversión en los últimos años en equipamiento, la falta de entrenamiento en los aspectos de comunicación, recursos humanos, creatividad, competencia y hasta comercio exterior, constituyen el principal desafío que hoy debe enfrentar el pequeño y mediano empresario argentino.
En este sentido, algunos de los aspectos a tener en cuenta en un Plan Estratégico son los siguientes:
- Tener una visión clara de los logros o metas que uno desea alcanzar a corto, mediano y largo plazo.
- Definir cuál será el mercado objetivo.
- Definir la estrategia del producto/servicio, precio, canales de distribución, canales de promoción y publicidad a aplicar
- Identificar las fortalezas y debilidades para poder competir en ese mercado.
- Evaluar las oportunidades que se presentan y cuáles las amenazas latentes que implican dicha decisión.
- Realizar un análisis del sector, evaluando cuáles son los competidores existentes, cuáles los posibles competidores potenciales, qué sustitutos pueden existir y la relación con los proveedores.
- Realizar un análisis exhaustivo de las características de los clientes a través de diagnósticos comunicacionales, segmentación de la demanda, estudios de mercado, indagación cuantitativa y cualitativa.
- Reconocer los valores que los clientes consideran fundamentales y que condicionan los hábitos de compra y consumo.
- Ser líder en costos o diferenciación para todo el mercado, o para un segmento del mismo.
- Confeccionar un presupuesto económico y financiero para alcanzar los objetivos deseados.
El objetivo último es contar con una empresa veloz, flexible y bien proporcionada sobre la base de una organización con capacidad de aprendizaje y de adaptación a los distintos cambios de los mercados actuales. Esta posibilidad de adecuación estará sustentada en un equipo de empleados que tengan la actitud de capacitarse y aprender en forma continua. Las alianzas estratégicas pueden ayudar a las empresas a ser más competitivas. Fusiones o adquisiciones pueden reforzar sus posiciones competitivas, consolidando sus fortalezas y disminuyendo sus debilidades. Este es el desafío que hoy enfrenta el pequeño y mediano empresario argentino. Para poder superarlo con éxito tendrá que contemplar la utilización e implementación en forma eficiente de herramientas competitivas en comunicación, recursos humanos, producción, comercialización, entre otras.
La construcción de la imagen
Como venimos señalando en exposiciones y análisis anteriores, las intervenciones sistemáticas sobre la imagen de las empresas y las instituciones, no sólo han experimentado y siguen experimentando un significativo proceso de desarrollo, sino que se han transformado en una necesidad impostergable para el crecimiento y la permanencia de la pequeña y median empresa en el ámbito del sistema productivo. Estas prácticas empíricas sobre el diseño y la construcción de la imagen se han generalizado como formas regulares de intervención. De esta manera han quedado en segundo plano aquellas acciones aisladas, superando así las instancias iniciales de dicho proceso, en el campo del diseño gráfico, la publicidad o las relaciones públicas.
Tales desarrollos han abierto el camino a una demanda técnica nueva: la formulación de estrategias de identificación institucional, garantía de una gestión de la comunicación coherente con los objetivos estratégicos de la organización; y la planificación, nexo fundamental entre una necesidad implícita y múltiples recursos de actuación.
Es importante remarcar que estas prácticas carecen de un procesamiento analítico que redunde en una bibliografía teórica específica, sólida y exhaustiva. El reconocimiento de la práctica de estas nuevas especializaciones no tiene una sistematización disciplinar ni un respaldo conceptual epistemológico. Aún hoy se apoya en modelos y paradigmas preexistentes, y opera con un campo material teórico-técnico-metodológico fundamentalmente ecléctico. En la actualidad el material existente sobre imagen de empresa, imagen corporativa, comunicaciones internas, comunicaciones de marketing y publicidad, mejoramiento de la calidad y el servicio, etc., aborda estos temas desde el modelo hipodérmico de la comunicación, con una perspectiva que responde al esquema de estímulo-respuesta.
Debe destacarse que si bien este esquema sigue teniendo vigencia para el campo de la comunicación empresarial y para la comunicación en general, las teorías que lo alimentan carecen, desde nuestra perspectiva epistemológica, de la sustentabilidad científica que tuvieron originariamente, siendo ampliamente superadas por nuevos paradigmas y nociones comunicacionales que se fueron sucediendo a través de las décadas subsiguientes y que incorporaron elementos que permitieron una problematización, profundización y complejización relevante en la temática planteada. Para el equipo de investigación, el aporte original al tema está dado en el desafío que esta propuesta plantea al proponerse, entre una de sus metas, la elaboración y sistematización de material que articule: 1. nociones de comunicación desde una perspectiva de producción y construcción de sentido; 2. utilización de metodología cualitativa y cuantitativa; y 3. incorporación del diagnóstico/planificación/gestión como instrumento para conocer la realidad y modificar el futuro de pequeñas y medianas empresas (Pymes).
El proyecto
Este proyecto propone generar espacios e instrumentos de investigación-planificación-gestión que posibiliten a pequeñas y medianas empresas del partido de La Plata trabajar y desarrollar aspectos vinculados a:
1- el cuidado de la imagen de la empresa desde una perspectiva comunicacional integradora.
2- el reconocimiento de los distintos públicos/consumidores/clientes internos y externos a los que la organización se dirige con intención de ganar y mantener.
3- la planificación y elaboración de las acciones que realiza no sólo en carácter de entidad con fines de lucro sino también como emisor social en competencia con otros emisores sociales que interactúan en el mercado.
La iniciativa se aborda desde la metodología cualitativa y el paradigma interaccionista con la intención de profundizar en: 1. la imagen de empresa para Pymes; 2. las formas de reconocimiento y delimitación de características de públicos/consumidores; 3. el diagnóstico de situación; 4. el diagnóstico en profundidad y 5. la planificación y gestión.
Debido a las transformaciones que ha venido sufriendo el mercado, las empresas ya no se constituyen como simples productoras o prestadoras de servicios, sino que se convierten en verdaderos sujetos sociales. Por esta razón, toman una posición ante la sociedad y se encuentran en constante interrelación con ella.
En este contexto, la comunicación aparece como una de las principales herramientas a través de la cual las empresas intentan adaptarse y responder a los condicionamientos actuales. Las Pymes, afectadas permanentemente por problemas presupuestarios y transformaciones culturales de consumo, generalmente enfrentan de manera crítica este nuevo desafío.
Partiendo de esta situación general del mercado actual, el estudio particular sobre la realidad de las pequeñas y medianas empresas del sistema productivo local, y el papel que juega la comunicación en su existencia, puede permitir un conocimiento más acabado sobre esta temática, permitiendo dilucidar aspectos y características propias del mercado platense.
Por otro lado, la sistematización de dicho conocimiento se convertirá en nuevas propuestas, tanto académicas como prácticas, disponibles a la hora de intervenir en el mercado, especialmente el de las Pymes, desde una perspectiva comunicacional integradora. Con respecto a las propuestas académicas, esta investigación ya tiene un correlato específico en un nuevo proyecto de investigación actualmente en marcha. Con respecto a las propuestas prácticas, se realizaron tres diagnósticos con sus respectivas planificaciones y gestiones operativas, que pueden servir a la hora de diseñar estrategias en comunicación para Pymes locales que abajo se detallan.
Durante los años 2001, 2002 y 2003 el grupo de investigación concluyó tareas de asesoramiento en Diagnóstico, Planificación y Gestión de la comunicación en pequeñas y medianas empresas del partido de La Plata. Para el desarrollo de los diagnósticos se elaboraron marcos teóricos y metodológicos junto con el plan de trabajo correspondiente a cada empresa, determinado por objetivos y metas pautadas en un cronograma detallado de actividades y resultados esperados. Para la elaboración del marco teórico de cada trabajo se tuvo en cuenta la información resultante del material recolectado en la primera etapa de este proyecto, complementado con el material teórico correspondiente a la bibliografía obligatoria y sugerida de la cátedra. En el marco metodológico se trabajó la triangulación metodológica desde la perspectiva cualitativa. Las entrevistas realizadas durante la etapa de diagnóstico respondieron a una de las metas planteadas para el período del informe, correspondientes a diferentes sectores productivos (industria, servicio y comercio). Las planificaciones fueron planteadas en base al reconocimiento de las problemáticas comunicacionales detectadas en el diagnóstico y se trabajó con variables de diversa índole (económica, política, operativa, social). No debemos olvidar que en esa etapa la situación económica-política vivida en el país determinó y transformó los modos de consumo-producción vigentes hasta entonces.
Como metas alcanzadas podríamos enunciar el trabajo de campo, las entrevistas realizadas pertinentes al mismo y el acopio de información.
En cuanto a la meta de realización de entrevistas a otros actores vinculados al ámbito de las Pymes de la ciudad, creímos necesario concluir primero los trabajos de diagnóstico. Los mismos nos proporcionarían un conocimiento profundo de la situación de las Pymes en general en el mercado local y por lo tanto generarían inquietudes que de otra manera -o sin dicha información- no habrían surgido. En consecuencia, la meta en cuestión fue realizada en la siguiente etapa.
La mirada metodológica
Es importante aclarar que no concebimos a ningún objeto de estudio como cualitativo o cuantitativo, para que éste influya en la determinación de la metodología a aplicar, sino que, por el contrario, desde los métodos o las técnicas a emplear deliberadamente desde la perspectiva epistemológica del investigador y de los objetivos que persiga, es que se construirá y delimitará de forma real y conciente el objeto de estudio.
A partir de esto es que la investigación no se enmarcó dentro de un método u otro, sino que por los objetivos que ésta se planteó fue fundamental lograr un complemento, o lo que se conoce como triangulación metodológica, entre lo cuantitativo y lo cualitativo.
Para ello realizamos entrevistas estructuradas y semi-estructuradas, observaciones participativas y no participativas, conversaciones y una encuesta.
No obstante, aunque se adopte esta metodología complementaria para la concreción de la investigación, hay que aclarar que para una utilización satisfactoria de esta triangulación es importante entender que tanto las herramientas cualitativas como las cuantitativas no deben usarse simultáneamente, sino de manera sucesiva y diferenciada.
Me detengo brevemente en la justificación de la encuesta como herramienta de carácter cuantitativo porque es justamente ella la que permite la triangulación metodológica.
Como lo señalan Gaitán Moya y Piñuel Raigada (1998), entendemos la encuesta como aquel recurso “que permitirá medir las respuestas, es decir, hacer cuantificables las cuestiones que se estiman relevantes para los objetivos de la investigación. Pero el uso de muestras representativas, por ejemplo, de tipo probabilístico, permite obtener, además de datos cuantitativos, datos cualitativos de poblaciones de personas numerosas y dispersas, y de sus subgrupos componentes. La virtualidad de la encuesta como instrumento descriptivo, resulta ser un útil instrumento explicativo. Así, del análisis de los datos que proporciona la encuesta pueden derivarse tanto descripciones objetivas como subjetivas de los fenómenos estudiados, como explicaciones. Descripciones y explicaciones no sólo basadas en la presencia, ausencia, o frecuencia estadística de determinados ítems o tópicos sino, también, en la casualidad, comparación y co-variación apreciables entre diversas variables intervinientes”.
En nuestro caso particular, la encuesta nos permitió la indagación en un universo mayor al de la Pyme, que fue la ciudad de La Plata y sus formas de hábitos de compra y consumo.
El proceso
En la primera etapa de este trabajo fue determinante para nuestra investigación la situación de crisis profunda vivida en nuestro país a partir del 20 de diciembre de 2001, que modificó la realidad de todos los argentinos, afectando principalmente a los sectores económicos y productivos de nuestra nación y, en este caso particular, el objeto de nuestra investigación. Esto trajo como consecuencia un importante estancamiento a nivel nacional que se inició en dicha fecha y se extendió durante todo 2002 y 2003, observando una lenta mejoría a partir de abril/mayo de 2004. Analizando esta situación reconocemos con claridad que uno de los actores sociales más afectados por la crisis fueron las pequeñas y medianas empresas que, conjuntamente con las alteraciones sufridas en los hábitos de compra de los consumidores (por aumento creciente de la influencia de la variable económica), fueron modificando el escenario en el cual la investigación tenía lugar.
Durante el 2003, este grupo de investigación realizó una encuesta sobre hábitos de compra y consumo basada en una muestra de 471 casos en la ciudad de La Plata y finalizó con la propuesta de planificación y gestión de tres trabajos de campo en Pymes sobre la temática planteada. Esto implicó un nivel mayor de organización que significó un desafío a la hora de su ejecución.
Los ejes principales de este proceso fueron:
- La elaboración, diseño y realización de la muestra (471 casos) sobre hábitos y consumo de los habitantes de la ciudad de La Plata.
- El proceso de inserción del grupo de investigación en las Pymes. Aquí debemos tener en cuenta la resistencia natural que se plantea desde los empresarios a este tipo de acercamiento y conocimiento de su realidad.
- La posibilidad de acordar líneas de acción conjuntas entre los dueños y nosotros. Se reconoce nuevamente la resistencia natural del empresario al aporte externo. Muchas veces, lo que es prioritario para nosotros no lo es necesariamente para la Pyme.
Hay que destacar que el desarrollo del presente trabajo ha permitido arribar a consideraciones particulares y generales que fueron las motivadoras para la elaboración de un nuevo proyecto de investigación.
* Los trabajos que integran el presente artículo se inscriben en el Proyecto de Investigación: “Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), sector público y sociedad civil. Estrategias de comunicación para el desarrollo local de la ciudad de La Plata durante el período 2004/2005”, dirigido por la Lic. Nathalie Iñíguez Rímoli, y aprobado el 01/01/04 en el marco del Programa de Incentivos a Docentes e Investigadores. Forman parte del equipo de investigación: Eduardo Alegre Gálvez, Hugo Gariglio, Verónica Miravalle, Genoveva Surraco, Matías Mochen, Abigail Savegnano.
Las pymes argentinas y el apoyo estatal
GENOVEVA SURRACO
Contenido
Ayer y hoy. Particularidades de las Pymes argentinas
El rol del Estado
Asociatividad. La unión hace la fuerza
Exportaciones. Hecho en Argentina
Líneas de crédito. ¿Dinero fácil?
Bibliografía General
Ayer y hoy. Particularidades de las Pymes argentinas
Las pequeñas y medianas empresas (Pymes) de la Argentina han ido construyendo y desarrollando, a lo largo de su historia, rasgos característicos y particulares formas de funcionamiento. Si bien las Pymes locales adoptaron modelos y técnicas de sus referentes extranjeras, la cultura empresarial de nuestro país se encuentra fuertemente impregnada de las condiciones específicas locales y nacionales.
En la Argentina, las Pymes nacen aproximadamente en la década del 50 cuando el país tiene que responder a la Segunda Guerra Mundial con lo que se denominó la sustitución de importaciones. Es en ese momento cuando comienzan a crearse pequeños talleres y empresas que, de alguna manera, pretenden reemplazar con su producción la mercadería antes importada. Finalizada la guerra, Estados Unidos decide aparecer en el mercado financiero y lo hace con proyectos de inversiones para reactivar las economías. A pesar de que el Plan Marshall estaba dirigido a las economías desarrolladas, principalmente las europeas, de alguna manera los países subdesarrollados fueron subsidiarios de este beneficio. Es también en esa época que se produce una gran inversión de empresas de la industria automotriz que necesitaban de productores locales capaces de proveer los insumos básicos para la realización final de su producto. Y son las Pymes quienes atienden ese requerimiento.
La principal característica de este período de génesis y auge de las Pymes en la Argentina es la de un mercado de fuerte demanda. De esta manera, la mentalidad del empresario nacional se forja incorporando un modelo de gestión que responde a ese tipo de mercado: el de “el cliente siempre va a venir”. Sin embargo, las condiciones actuales de los mercados difieren notablemente de aquel momento de conformación de las primeras pequeñas y medianas empresas. El escenario económico contemporáneo es de un mercado altamente competitivo que tiende a la gran concentración económica. En esta nueva economía globalizada la relación entre empresa y consumidor es distinta, se hace necesario ahora ir a buscar al cliente. Nos encontramos frente a un cambio organizacional, de concepción de la realidad y, fundamentalmente, de modificación de la gestión empresaria. Y esto implica, necesariamente, la puesta en marcha de estrategias comunicacionales, muchas veces, relegadas por el “espontaneísmo” empresario que consiste en pensar que un correcto accionar redundará en una imagen positiva por parte de los públicos.
El rol del Estado
Las pequeñas y medianas empresas constituyen hoy la columna vertebral del aparato productivo en una economía moderna. En países como Italia, por ejemplo, las Pymes cumplen un rol vital en la creación de valor, la generación de empleo y la conquista de nuevos mercados. En Estados Unidos las pequeñas empresas no tienen la fama de las grandes corporaciones, pero generan del 60 al 80% neto de los nuevos empleos que se crean cada año.
En Argentina el papel de las Pymes es de suma importancia: constituyen más del 90% del número de empleadores y dan trabajo a las tres cuartas partes de la fuerza laboral. Durante 2003, casi el 70% de la creación de nuevo empleo fue responsabilidad de las micro, pequeñas y medianas empresas y este año, de los más de 190 mil nuevos empleos, el 45% correspondió a empresas de servicios, el 35% a la industria y el resto al comercio.
Siendo un motor tan importante de la economía de los países, debería ser lógico que el Estado, en sus diversas manifestaciones, genere políticas activas de ayuda y motivación. Es necesario que los gobiernos, a nivel nacional, provincial y local, estén presentes y demuestren preocupación e interés por la problemática de estas organizaciones. En varios de los países del Cono Sur, como Chile y Brasil por citar algunos, se pueden observar gestiones decididas para apoyar a las pequeñas y medianas empresas. En nuestro país, en cambio, el Estado es un aprendiz en este tipo de cuestiones ya que históricamente nunca se volcó en forma decidida a la problemática Pyme, ni manifestó demasiada inquietud por generar políticas. Como ya se mencionó, en su inicio estas empresas funcionaban a su manera, existía un mercado que demandaba y lo satisfacían con su producción.
En las condiciones de hoy impera una nueva forma de vínculo entre las Pymes y el sector público. Si bien esta relación es incipiente, y hay todavía mucho por hacer, se pueden observar algunas políticas concretas de Estado tendientes al desarrollo del sector Pyme nacional.
Asociatividad. La unión hace la fuerza
Las particularidades de los mercados actuales, altamente competitivos y tendientes a la gran concentración económica, obligan a las empresas a adaptarse, comprendiendo la dificultad de competir en forma atomizada. Frente a tal situación una de las mejores propuestas es quizás la de los proyectos asociativos, sobre todo teniendo en cuenta la dimensión de estas empresas.
Aunque en general para ser empresario pareciera requerirse una fuerte dosis de individualismo, no debe desatenderse el desarrollo de habilidades y el acopio de experiencia en el quehacer asociativo. Las prácticas compartidas permiten fortalecer a los distintos sectores abordando temas de interés que van más allá de la propia empresa. Basta con mencionar algunas de las muchas áreas donde la existencia aislada del empresario Pyme se puede enriquecer enormemente con el grupo:
- La complementación en proyectos específicos.
- El suministro colectivo de productos para enfrentar demandas comerciales de gran escala.
- El ganar credibilidad frente a las grandes empresas tradicionales del propio país.
- El desarrollo de proveedores especializados para el sector.
- Los programas conjuntos de aseguramiento de la calidad y de protección del medio ambiente.
La formación de comunidades productivas y sociales de empresarios conscientes de su responsabilidad, tanto individual como asociativa, es tal vez una de las claves más importantes para alcanzar los nuevos niveles de competitividad.
Desde la subsecretaría de Industria, Comercio, Minería y Actividades Portuarias del gobierno de Buenos Aires se llevan a cabo dos programas orientados a la asociatividad y la capacitación empresaria, con el eje en la compensación de desventajas estructurales de las Pymes. El primero está destinado a los distritos industriales que son sistemas productivos regionales, constituidos por agrupaciones de empresas altamente especializadas, con cierta proximidad geográfica, problemáticas productivas similares o complementarias y que se asocian para lograr ventajas competitivas. El objetivo del plan “Consolidación de Distritos Industriales” consiste en la búsqueda de soluciones en conjunto para problemáticas comunes; se propone ayudar a que las empresas logren la integración de cadenas productivas, la incorporación de nuevas tecnologías y el agregado de valor a los productos; y las acciones que se ofrecen son de capacitación, asistencia técnica, vinculación con la ciencia y la tecnología, programas de calidad y cofinanciación de centros de servicios para Pymes.
El segundo programa, en tanto, se orienta a la ampliación y el mejoramiento de los parques y sectores de carácter oficial a través del financiamiento conjunto de obras. Cabe aclarar que los parques y sectores industriales planificados son espacios dotados de infraestructura y equipamiento para el asentamiento de industrias, actividades productivas y de servicios, que optimizan los costos de obras requeridos por las actividades empresarias.
Exportaciones. Hecho en Argentina
La competencia de las empresas a nivel global exige características determinadas; jugar en un mercado internacional requiere necesariamente un cambio de actitud y de miras por parte del empresariado nacional. No es lo mismo, por cierto, hacer negocios en el conocido -aunque muchas veces impredecible- mercado argentino que desempeñarse en un universo mucho más complejo. La puesta en marcha de un proyecto global presupone estudiar a fondo los recursos con que se cuenta en el país para diseñar políticas que permitan su mejor utilización y garanticen crecimiento. Aunque lamentablemente esta es una tarea apenas delineada en Argentina.
El perfil del comercio exterior de nuestro país comenzó a mostrar una mayor aparición de exportadores Pyme a partir de la segunda mitad de 2002, un fenómeno observable tanto en lo que hace al número de firmas como, en menor medida, en relación con lo valores comercializados. De todos modos, la cantidad de pequeñas y medianas empresas con alguna presencia exportadora sigue siendo limitada. Actualmente sólo exportan unas 10.000 firmas al año y la mayor parte de estos casos (entre un 50% ó 60%) corresponde a exportadores ocasionales con una elevada tasa de rotación anual.
Sucede que el acceso a los mercados internacionales no es tarea sencilla, la internacionalización impone la necesidad de algún tipo de modernización o adaptación, tanto de métodos y sistemas de producción y comercialización, como en lo que hace a las estrategias comunicacionales que se utilizan en el mercado interno. En este sentido, las iniciativas aisladas de pequeñas y medianas empresas por tratar de superar estas problemáticas se ven frecuentemente obstaculizadas por la necesidad de asumir grandes riesgos comerciales, por un lado, y por la exigencia de disponer de un stock de mercaderías fuera de su alcance, por el otro.
El gobierno central, mediante la subsecretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional orienta su accionar al apoyo e incentivo del asociativismo, como una forma de lograr el despegue exportador. Sus tareas consisten en realizar capacitaciones para empresarios Pyme, poniendo especial énfasis en la concientización sobre el protagonismo de las alianzas cooperativas en el rediseño de las estrategias productivas y comerciales de las firmas, la mejor respuesta a las nuevas condiciones de la economía mundial y los nuevos paradigmas organizacionales.
A nivel provincial, el Programa de Desarrollo de las Exportaciones Bonaerenses, “BAExporta”, propone una política de promoción de las exportaciones de las Pymes de la provincia de una manera articulada con otros organismos públicos y el sector privado. La premisa consiste en lograr incrementar los volúmenes destinados al exterior, diversificar la oferta exportable, los mercados de destino y las firmas exportadoras. Las tareas concretas engloban el desarrollo exportador sectorial y la información, capacitación y asistencia técnica.
Asimismo, el programa incluye una agenda de promoción comercial, orientada a brindar apoyo a las empresas para abordar nuevos mercados o consolidar los existentes, a través de acciones promocionales. Esta agenda de acciones tiene cuatro componentes: el calendario anual de ferias internacionales, dirigido a empresas con potencial exportador pero sin antecedentes en la actividad, o a firmas que desean diversificar sus mercados externos; las misiones de apertura de mercados, enfocadas a la ocupación de nuevas plazas con la oferta de los empresarios privados de la provincia; las misiones inversas de cadenas comerciales, que permiten que compradores extranjeros tomen contacto directo en origen con su proveedor, facilitando la generación de confianza y acortando los tiempos de negociación; y las semanas de la provincia de Buenos Aires en el exterior, cuyo objetivo es posicionar la oferta exportable bonaerense en el mundo.
Líneas de crédito. ¿Dinero fácil?
A pesar de la importancia del rol de las Pymes en el desarrollo económico, estas organizaciones suelen ser discriminadas en varios aspectos, y el acceso al financiamiento es posiblemente el más importante. Si un banco privado está dispuesto a prestar, por ejemplo, 50 millones de pesos, considera más costoso analizar 100 medianas empresas que soliciten 500 mil pesos cada una, que sólo una grande que requiera el total. Este mayor costo se termina trasladando a la tasa de interés que reciben las Pymes, tornándola casi prohibitiva, aún cuando el dinero esté destinado a desarrollar proyectos económicamente viables. Conscientes de la relevancia económica y social de las pequeñas y medianas empresas, los países desarrollados corrigen esta falla del mercado a través de la acción estatal.
Durante 2003, el gobierno argentino lanzó un programa de líneas de crédito subsidiado dirigido a las Pymes destinado a la financiación de hasta el 80% de la compra de bienes de capital nuevo de fabricación nacional. La responsabilidad recayó sobre 16 bancos y el monto total de créditos adjudicados fue de 100 millones de pesos. A mediados de 2004, mediante un convenio entre el Banco de la provincia de Buenos Aires y el ministerio de la Producción, se lanzó “Fuerza Pyme”, un mecanismo de financiamiento destinado a empresas que desarrollen cualquier actividad (excepto la financiera o agropecuaria tradicional) con plazos de devolución preferenciales y tasas fijas en pesos de entre el 5% y el 8% anual. El programa apunta a la financiación de empresas que deseen expandirse, con una antigüedad mayor a dos años y que puedan certificar resultados positivos durante el último año. El dinero debe ser destinado a la aplicación en capital de trabajo y/o a la inversión en bienes de capital.
Bibliografía General
Amado Suárez, A. y Castro Zuñeda, C. Comunicaciones Públicas, el modelo de la comunicación integrada, Temas Grupo Editorial, Buenos Aires, 1999.
Francois, E. El management de la comunicación. De la comunicación personal a la comunicación empresaria, Editorial EDICIAL, Buenos Aires, 1998.
Gaitán Moya, J. A. y Piñuel Raidaga, J. L. Técnicas de investigación en Comunicación Social, Síntesis, Madrid, 1998.
Iñíguez, N. y equipo de cátedra. “Pymes y MERCOSUR: hacia un integración”, ponencia presentada en el Congreso “Estrategias comunicacionales en la sociedad del siglo XX”, FPyCS, La Plata, agosto de 2001.
“Bienes de capital a tasa subsidiada”, Revista Pymes N° 2, diario Clarín, Buenos Aires, mayo de 2004.