Paula Morabes* |
La constitución de la investigación académica en el campo
de la comunicación y educación
de la comunicación y educación
Contenido
Un problema y algunas preguntas iniciales
Las búsquedas preliminares
¿Hacia dónde dirigir la mirada?
Breves anclajes teóricos
Algunos conflictos metodológicos
Algunas “creencias” hipotéticas
Bibliografía
Notas
A lo largo de mi formación y trabajo como investigadora he participado y asistido a la conformación de una línea de investigación académica en Comunicación y Educación.
La investigación académica en Comunicación y Educación viene a ubicarse en América Latina -de modo reconocido o no por los miembros de dicha comunidad- en un campo más amplio conformado por prácticas de intervención social a través de estrategias en comunicación y educación.
Los sucesivos proyectos de investigación de los que he formado y formo parte han enfrentado y confrontado las dificultades de construir investigaciones en un campo con escasa tradición en este modo de producción de conocimiento. En tanto que en otras áreas de la investigación social las fronteras entre lo interno y lo externo, entre lo objetivo y lo subjetivo, entre los problemas científicos y los sociales, encuentran algún resguardo en la tradición en la investigación no ocurre lo mismo en este espacio inaugural.
En este sentido representa un desafío -como investigadora en comunicación y como miembro de un Programa de Investigación y de un Centro de Comunicación y Educación (FPyCS) que abordan cuestiones de investigación y de intervención en el campo- poder concretar un recorrido desde las perspectivas comunicacionales que permita en algún punto dar cuenta de este debate, en el marco de la reflexividad metodológica necesaria para poder abordar un contexto de pertenencia.
Un problema y algunas preguntas iniciales
Las potencialidades y limitaciones de las diferentes perspectivas teóricas en comunicación están en el centro de las dificultades teóricas de las investigaciones.
Pese a esta permanente tensión entre trayectorias prácticas de intervención en comunicación y educación, institución de un campo de investigación académica y perspectivas comunicacionales no se ha hecho aún un trabajo de sistematización e indagación de esta articulación en nuestro país. Si bien existen algunas y muy valiosas aproximaciones en Argentina y América Latina de trabajos de recopilación de parte de investigaciones en el área y, por otro, reflexiones académicas respecto de la investigación, así como algunas sistematizaciones de experiencias respecto de las prácticas de intervención, aunque de modo escaso y fragmentario, no se ha realizado aún la articulación entre estas reflexiones y los trabajos de investigación que efectivamente se están realizando desde la perspectiva centrada en lo comunicacional que se plantea en el presente proyecto.
Estas tensiones que recorren permanentemente el campo implican una redefinición de elementos claves de las miradas comunicacionales para poder contribuir a dar cuenta de las problemáticas sociales y culturales que aborda esta área de conocimientos. Una vez más los elementos internos y externos que implican la producción de saberes parecen desdibujarse en una tensa frontera. En este sentido la presente investigación pretende humildemente producir un doble efecto: por un lado significaría un conocimiento/ reconocimiento de lo trabajado en este campo de investigaciones reciente, pero además permitiría un avance en la muchas veces empantanada discusión teórica a partir de iluminar aquello que efectivamente se ha hecho y desde las perspectivas comunicacionales en que se lo ha concretado.
El problema de la presente investigación es establecer cuál es el modo en que las perspectivas teóricas comunicacionales direccionaron la constitución del campo de investigación académica en Comunicación y Educación en la Argentina en el período 1983-2003. En su particular tensión con las trayectorias prácticas de intervención en el campo.
Repensar a la comunicación en el espacio de la investigación en comunicación y educación posibilitará establecer -o retomar- un diálogo con las tradiciones prácticas de intervención social en el campo en virtud de una necesaria redefinición de la investigación académica en comunicación y educación a fin de modificar los mecanismos de exclusión de las problemáticas investigables. Nuestro problema es entonces establecer el modo en que se configura este conflicto que, por la fuerte marca de intencionalidad que reviste la acción educativa, se revela como un lugar particularmente relevante para el estudio.
La búsqueda constante de “teorías” que dieran cuenta de las problemáticas sociales que surgen como temáticas de investigación a partir de las intervenciones en el campo se convierte así en una incesante “puesta a prueba” de las más variadas perspectivas. Al tiempo que fructifican en un fuerte imaginario respecto de la comunicación y su “potencialidad” teórica.
La presencia -más o menos conciente y/o crítica- de temas, corrientes teóricas, paradigmas, problemas, métodos de diferentes disciplinas sociales estuvo en el origen de las investigaciones en comunicación y educación. Sin embargo creemos que fueron finalmente ciertas perspectivas comunicacionales las que orientaron a la investigación académica debido a que los grupos de trabajo se vincularon con unidades académicas de comunicación que se encontraban refundando su propio campo de investigación. Ahora bien, ¿En qué sentido lo hicieron? ¿En que modo operó en este caso en particular el sesgo que toda visión teórica imprime a la investigación? ¿Cómo condicionaron ciertas visiones teóricas la relación de la investigación académica con la fuerte trayectoria de intervención en comunicación/ educación del campo? ¿Qué consecuencias tuvo que muchos de los primeros referentes del campo tuvieran a la educación como su formación de base? ¿Qué imaginarios teóricos respecto de la comunicación se fueron consolidando en este proceso?
Por su parte las trayectorias prácticas de intervención social con estrategias en comunicación/ educación se constituyen en un espacio permanente de interpelación a la investigación marcando con fuerza los condicionantes estructurales, las relaciones de poder y la particular configuración simbólica en la que todo espacio de la investigación académica se inicia.
En este sentido surgen como interrogantes ¿Qué tipo de relación se estableció entre los problemas que desde la intervención social se planteaban y las investigaciones? ¿Cómo incidieron en la constitución de la investigación académica momentos históricos claves para la intervención social y que marcaron también a la intervención en comunicación/ educación? (apertura democrática, crisis hiperinflacionaria, inicio de los noventa, recesión, etc.). Estos y otros interrogantes que se han ido abriendo con las primeras aproximaciones se encuentran en la base del presente proyecto sobre constitución del campo de investigación académica en comunicación y educación en la Argentina (1983-2003): el lugar de las perspectivas teóricas en comunicación y la articulación con las trayectorias prácticas de intervención social del campo[1].
Las búsquedas preliminares
La investigación académica en Comunicación y Educación es un espacio de presencia reciente en el ámbito de las ciencias sociales, su relevancia en nuestro país es mayor en el interior de la investigación en comunicación teniendo una centralidad menor en la investigación educativa[2]. Surge en los últimos años en la intersección de dos disciplinas: la comunicación y la educación, cuya vinculación se había dado a partir de una amplia y fuerte tradición de trayectorias prácticas de intervención social en América Latina en espacios generalmente no académicos o con escasa relación con la academia[3].
La larga tradición de vinculación entre la comunicación y la educación a partir de estas trayectorias prácticas tiene un fuerte eje en la intervención que desplazó históricamente la conformación de la investigación académica. Muchas veces cuestionada por su escaso compromiso en la acción con las problemáticas sociales.
A mediados de los ochenta serán las urgencias prácticas -motivadas en la fuerte sensación de crisis social, política y cultural por la que se atravesaba en nuestro país y en América Latina- y un contexto político-cultural propicio las que acelerarán la necesidad de la ampliación del espacio académico de investigación y reflexión.
Las trayectorias prácticas de intervención social de comunicación y educación se constituyen para el campo académico y no académico de comunicación y educación como una de sus mayores fortalezas en la medida que posibilitan un importante acercamiento al terreno social. Pero también en muchas ocasiones en su mayor obstáculo en el momento de reflexionar en torno a los problemas de investigación que se plantean en función de dichas prácticas principalmente producto del imaginario existente respecto de las posibilidades de la acción social de la comunicación como supuesta herramienta transparente de solución de conflictos.
La presente de investigación se sitúa por lo expuesto en un espacio de intersección de diferentes áreas del conocimiento lo que motivó que las indagaciones previas implicaran un recorrido de estos diversos enfoques que intervienen en el problema. Por tanto las aproximaciones al problema fueron agrupadas en cuatro grupos que permitieron no sólo un ordenamiento sino que también posibilitaron establecer una estrategia de abordaje teórico-metodológica.
Las indagaciones preliminares fueron agrupadas en las siguientes áreas que se mencionarán sintéticamente:
1. Aquellas que refieren a trabajos sobre la conformación de campos de investigación académica[4]
La presente investigación se centra en un aspecto de la conformación de un campo académico, como es el de la investigación o producción de conocimientos científico y, dentro de esta, abordará aquellas cuestiones referidas a la significación que se otorga al uso de teorías comunicacionales en su conflicto con las problemáticas de la intervención.
Fue necesario por lo tanto comenzar a indagar los diferentes aportes mediante un recorrido por las distintas líneas que principalmente desde la epistemología y la sociología de la ciencia han abordado la compleja tarea teórica de discutir el modo de definir y estudiar un “campo científico”[5].
2. Aquellos trabajos que abordan la conformación de la Investigación en Comunicación[6]
Se incluyen aquí los diferentes trabajos que en los últimos tiempos han buscado indagar la conformación de la investigación en comunicación tanto en América Latina como en Argentina. Recogimos los aportes desde la comunicación por su proximidad temática dado que no se han realizado este tipo de trabajos para la investigación específica en comunicación y educación, desde la perspectiva de la presente Tesis. En este sentido al situar a la investigación en comunicación y educación dentro de los ámbitos académicos de comunicación el diálogo con estos trabajos resulta de gran importancia.
3. Aquellos trabajos que aportan reflexiones sobre la investigación y generales del campo en Comunicación y Educación
Tal como se plantea en los puntos anteriores no se ha trabajado de modo específico las características de la constitución de la investigación académica en comunicación y educación en nuestro país. No obstante existen trabajos que incluyen reflexiones -en algunos casos a partir de compilaciones de artículos de investigación- respecto de la investigación en el campo así como cuestiones más generales de la problemática teórica en comunicación y educación. En este punto -además de proporcionar en algunos casos recopilaciones de estudios e investigaciones en particular en América Latina- son especialmente importantes las diferentes perspectivas teóricas que en relación con la conceptualización del campo proponen los diferentes trabajos[7].
4. Trabajos que abordan las trayectorias prácticas de intervención a través de estrategias en comunicación y educación
Se incluyen aquí sistematizaciones de cierta relevancia y aportes clásicos respecto de las prácticas de intervención como los de Mario Kaplún y Daniel Prieto Castillo. Existen además algunas publicaciones de experiencias puntuales recientes, como el caso de las de FM La Tribu.
¿Hacia dónde dirigir la mirada?
En virtud del problema y de las primeras indagaciones se establecieron los siguientes objetivos generales[8]:
- Analizar las características de la constitución de la investigación académica en comunicación y educación en la Argentina en el período 1983-2003.
- Analizar el modo específico en que las perspectivas teóricas de la comunicación se articulan en la constitución de la investigación académica del campo de comunicación y educación en la Argentina en el periodo señalado.
- Analizar las características de la articulación de las trayectorias prácticas de intervención social en comunicación/ educación en la investigación académica en el periodo señalado.
Breves anclajes teóricos
El marco teórico desde el que trabajaremos partirá de la definición de campo siguiendo a Pierre Bourdieu (1983) de comunicación y educación como espacio no-homogéneo, en el que es posible demarcar áreas visibles -aquellas de trabajos con medios masivos y nuevas tecnologías- y -otras más intangibles- la comunicación como transversalidad que recorre a las distintas prácticas sociales.
El problema y el objeto de estudio que se plantean asumen una perspectiva centrada en la comunicación como construcción de sentido para el ingreso en un campo relacional como el de Comunicación y Educación. Asimismo el modo en que consideramos dicha relación es en tanto que articulación transdisciplinar a partir de mirar las problemáticas del campo (Da Porta, 2004) más que buscar uniones disciplinares.
El campo de Comunicación/ Educación es comprendido en tanto lugar de objetivación de las relaciones y de las distancias entre clases y grupos, a partir del acuerdo de ínter subjetividades, pero desde agentes que han introyectado lo social en su “habitus” partiendo de sus prácticas sociales (Bourdieu, 1983).
Sin embargo, no podemos dejar de pensar si en verdad es posible trazar un mapa definido del campo de Comunicación y Educación. Más bien asumimos la idea de que se trata de un “territorio” desordenado aún y al que es posible recorrer por algunas trayectorias demarcadas -tradiciones y representaciones hegemónicas- pero que al mismo tiempo se hace necesario “atravesar” por recorridos menos establecidos (Huergo, 2000).
La identificación de grupos y referentes claves de las investigaciones académicas tomará en consideración esta (in) definición del campo. En este sentido los referentes materiales efectivamente abordados se localizan tanto en Facultades o Carreras de Comunicación (Buenos Aires, La Plata, Olavarría) como de Educación (Comahue, Paraná) si bien con vínculos fuertes con las carreras de comunicación.
Sin embargo se asumirá como parte de nuestra visión teórica las observaciones que respecto al concepto de campo y particularmente de capital simbólico en su relación a la producción de conocimiento científico ha realizado Knorr-Cetina (1994). La autora propone la existencia de un espacio de “arenas transepistémicas” de acción para dar cuenta tanto de las relaciones de recursos -no necesariamente de conflicto sino también de cooperación- entre los científicos como de las relaciones de los científicos con otros actores sociales[9].
Así “las variables de tipo cognitivo interactúan con las variables de tipo social, puesto que las arenas transepistémicas son, en este sentido, más amplias que el concepto de campo (puesto que involucran a otros actores) y más estrechas (puesto que consideran también el proceso de producción de conocimiento en sus prácticas cotidianas” (Kreimer, 1994).
Asimismo, las características iniciales del “territorio” que abordamos implican una cierta distancia en cuanto a la posibilidad de sostener en toda su dimensión la definición teórica para pensar a la investigación académica en comunicación y educación como un “campo”. En este sentido preferimos hablar siguiendo entre otros a Barbero, Quiroz (1993) y Huergo (1999) de un “territorio” de Comunicación/ Educación. La noción de territorio permite pensar en los términos más flexibles de una topografía en la medida en que ésta -a diferencia de un mapa del campo con demarcaciones más definitivas- permite señalar referencias -zonas, intersticios, accidentes, honduras, elevaciones- a un territorio más reducido y relativo. Esta perspectiva teórica tiene asimismo consecuencias generales en lo metodológico y en particular en cuanto a la selección de los centros, grupos e institutos elegidos, así como de aquello que se indagará.
Esta asunción teórica nos distancia tanto de las perspectivas del “orden” como de las de la “dominación” y nos permite ubicarnos entre aquellos autores que sostienen las relaciones de poder como procesos de construcción de hegemonía, en los que existe una tendencia hegemónica pero nunca total o no contestada. (Ver entre otros Williams, 1997).
La elección de la expresión perspectivas teóricas en comunicación, para mencionar aquello que indagaremos y no simplemente de “teorías”, remite a la necesidad de establecer que en lo que a comunicación refiere no está saldada la cuestión respecto a que si efectivamente aquello que suele englobarse como “teorías de la comunicación” en los clásicos del campo son efectivamente “teorías” con las implicancias epistémicas en tanto cuerpo autónomo y sistemático de reflexiones[10]. Por lo tanto optamos por enunciarlas como “perspectivas” y nos centraremos en el hecho de que sean los propios actores quienes las enuncien como tales. De todos modos asumiremos como estrategia metodológica de “muestreo teórico” y, en la construcción de variables, las “teorías” que se reconocen como tales en función de los autores clásicos en la formación en comunicación en nuestro país[11].
Las trayectorias prácticas de intervención con estrategias de comunicación y educación serán consideradas tal como propone Jorge Huergo (1999) al presentar su topografía del campo de Comunicación y Educación cuando plantea “en el interjuego entre tradiciones estratégicas y representaciones van a producirse determinadas trayectorias prácticas[12], que abarcan modos de intervención a través de estrategias educativo-comunicacionales o de investigación en el campo”.
Por lo que nos proponemos considerar la emergencia en los proyectos de las prácticas de intervención social con estrategias en comunicación y educación entendiendo a la comunicación -en tanto producción de sentidos sociales- en la educación -en tanto instancia de formación de sujetos-. (Buenfil Burgos, 1999).
Algunos conflictos metodológicos
Si bien todo proceso de investigación atraviesa dificultades metodológicas diversas en la presente tesis se deben considerar algunos conflictos puntuales en función de su ubicación en un espacio y desde una perspectiva transdisciplinar.
Los principales aspectos problemáticos en lo metodológico que es necesario evaluar dadas las características del presente proyecto son:
- La amplitud y escasa delimitación de un campo/ territorio en conformación como el de Comunicación y Educación dificultan un relevamiento cuantitativo. Probablemente sea como resultado de esta investigación que se avance en parte en la definición del “territorio” en lo que a la investigación académica se refiere y a partir de allí sea posible construir algunos indicadores para delimitar un relevamiento exhaustivo del campo. En cualquier caso en función del problema planteado no es una información con la que necesariamente se tenga que contar.
Por lo tanto se descartó la posibilidad de “relevarlo” completamente para optar por enfocar centros y grupos relevantes -en función del problema de la presente investigación- por: su trayectoria, su grado de institucionalidad, la existencia entre sus miembros de referentes teóricos claves en comunicación/ educación, sus producciones académicas, su fuerte vinculación (o la de sus principales miembros) con trayectorias de intervención en comunicación/ educación. Estas características fundamentales para abordar el problema parecen -en principio- encontrarse centralizada en algunos centros se optó por trabajar con cinco casos que considero “testigos” y representativos en términos cualitativos. La lógica de los interrogantes que se plantean, vinculados más a ver un “modo de funcionamiento” en profundidad en espacios relevantes validan esta opción. En este sentido una de las preocupaciones metodológicas que estará permanentemente presentes será la delimitación del campo/ territorio de Comunicación y Educación.
Dentro de este marco general cualitativo se indagará al interior de los grupos y centros aspectos cuantitativos como número de miembros, tesistas, becarios, número de proyectos, etc. a fin de tener un panorama de la distribución de actores y proyectos en los grupos y centros estudiados.
- Otro de los aspectos críticos a considerar es la pertenencia de quien investiga al propio campo lo que requiere atender especialmente la necesidad de “tomar distancia” y desnaturalizar el propio espacio. El proceso de extrañamiento respecto del campo intenta sustentarse en dos sentidos: por un lado las perspectivas comunicacionales que se busca analizar no están en el centro de las manifestaciones explícitas de los actores del campo, precisamente un aspecto de lo que consideramos nuestro problema es la falta de discusión y elaboración de estas perspectivas al interior de las investigaciones[13]; naturalizando de este modo aquello que se entiende por comunicación. El otro punto que permitirá una distancia de nuestro objeto serán las trayectorias prácticas de intervención que sostendrán la pregunta permanente por aquello que quedó afuera y la incidencia de las perspectivas teóricas de la comunicación en estos mecanismos de exclusión. Por último la mirada histórica de la trayectoria de la conformación de estos espacios a lo largo del tiempo colaborará en el proceso metodológico de extrañamiento y reflexividad. Tal como propone Guber (2001) si todo proceso de investigación social es un acercamiento al universo de sentidos a partir del cual el otro significa su experiencia. Es necesario someter a vigilancia epistemológica los tres tipos de reflexividad que deben considerarse en la investigación: 1) la reflexividad del investigador en tanto que miembro de su propia cultura, 2) la del investigador en cuanto tal, con sus perspectivas teóricas y epistemológicas, a las que también hay que desnaturalizar, con sus habitus disciplinarios y su epistemocentrismo y 3) finalmente las reflexividades de la población en estudio, en definitiva objeto de conocimiento del investigador. En la presente investigación será fundamental tener presente el segundo tipo de reflexividad ya que será una tensión permanente al mirar el propio campo y a nuestros pares.
- Otra de las opciones metodológicas fundamentales en el modo de abordar nuestro objeto refiere al hecho de centrarse específicamente en las perspectivas teóricas comunicacionales. Esta opción se fundamenta en que la investigación académica en comunicación y educación surge y se desarrolla vinculada más fuertemente al campo académico de la Comunicación, tal como decíamos en el planteo de nuestro problema probablemente porque se trataba de un espacio más lábil, en proceso de constitución en ese momento.
También es al interior del campo de la comunicación en donde parece estar desarrollándose un enfoque específico en comunicación-educación desde una perspectiva transdisciplinar (Da Porta, 2004).
Los encuentros, jornadas y congresos más relevantes en donde se presentan trabajos académicos en Comunicación y Educación en los comienzos del campo son las mesas temáticas de los congresos de Comunicación[14]. Cuáles fueron las marcas que dejó este proceso de constitución forma parte del problema de la presente investigación[15].
Por último, los principales referentes teóricos en Comunicación y Educación en Latinoamérica, se vinculan estrechamente con la comunicación, aunque su origen disciplinar no haya sido comunicacional. Entre otros podemos citar a Jesús Martín Barbero, Guillermo Orozco Gómez, Ismar Oliveira Soares, María Teresa Quiroz, Mario Kaplún, Gabriel Kaplún y a nivel nacional Daniel Prieto Castillo, Alicia Entel, Sandra Carli, Tomás Saldívar, Jorge Huergo, Gabriela Bergomás, etc.
Algunas “creencias” hipotéticas
Para finalizar mencionaré los presupuestos que a modo de “hipótesis de trabajo” orientan este Proyecto:
- La adopción de ciertas perspectivas comunicacionales direccionó el campo de la investigación académica en comunicación y educación en la adopción de referentes materiales y métodos. De esta hipótesis central se desprenden otras dos en tanto que hipótesis derivadas:
- La adopción de perspectivas teóricas en comunicación (lineales y no-críticas) direccionaron la investigación académica al binomio escuela/ medios masivos.
- Las perspectivas idealizadas de la intervención y la transparencia comunicativa en las visiones dialógicas de la comunicación direccionaron metodológicamente la investigación hacia la “investigación-acción”.
- Las trayectorias prácticas de intervención social con estrategias en comunicación/ educación direccionaron a la investigación académica en lo referente a la construcción de problemas y a la transferencia de resultados.
Por último es fundamental considerar que estas hipótesis son más la explicitación de un proceso de reflexividad respecto de mi propia visión del campo antes que la búsqueda de tentativas para aproximarme a la “verdad”; y desde ese lugar, más cerca de las “creencias” o presupuestos personales que de las hipótesis científicas es que quiero proponerlas.
Bibliografía
BOURDIEU, Pierre. Campo de Poder y Campo Intelectual, Bs. As., Folios Ediciones, 1983.
_____________, “El campo científico”, en Redes N° 2, Vol. 1, 1996.
CARLI, Sandra. “Comunicación Educación y Cultura: el desafío educativo contemporáneo” en BACHER, Silvia y otros. Producción de medios en la escuela. Reflexiones desde la práctica, Buenos Aires, Coordinación de Periodismo, Comunicación y Educación, Secretaría de Educación, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 1998.
Delgado, J. M. y Gutiérrez, J. Métodos y técnicas cualitativas de investigación en ciencias sociales, Madrid, Síntesis, 1995.
DA PORTA, E. “Senderos y recorridos. Apuntes para un mapa de investigación” en Revista Tram(p)as de la Comunicación, Ediciones de Periodismo y Comunicación, FPyCS, UNLP, junio, 2004 (en prensa).
FOLLARI, R. Epistemología y Sociedad, Buenos Aires, Homo Sapiens, 2000.
Glaser, B. y Strauss, A. The Discovery of Grounded Theory: Strategies for Qualitative Research, Chicago, Aldine, 1967.
GOETZ, J. P. y LeCOMPTE, M. D. Etnografía y diseño cualitativo en investigación educativa, Ediciones Morata, S.A., 1990.
GUBER, R. La etnografía. Método, campo y reflexividad, Bogotá, Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación, Grupo Editorial Norma, 2001.
HUERGO, J. y FERNÁNDEZ, B. Cultura Escolar, Cultura Mediática/ Intersecciones, Santa Fe de Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional, 2000.
Jensen, K. B. y Jankowski, L. (eds). Metodología cualitativa de investigación en comunicación de masas, Barcelona, Ed. Bosch Comunicación, 1993.
Knorr-Cetina, Karin D. “¿Comunidades científicas o arenas transepistémicas de investigación? Una crítica de los modelos cuasi-económicos de la ciencia” en Redes N° 7, Vol. 3, 1994.
Kreimer, Pablo. “Estudios sociales de la ciencia: algunos aspectos de la conformación de un campo” en Redes Nº 2, Bs. As., 1994.
Williams, R. Marxismo y Literatura, Barcelona, Península, 1997.
Notas
* La autora es docente e investigadora en la FPyCS de la UNLP y coordinadora del Centro de Comunicación y Educación de la misma unidad académica. Este trabajo constituye una síntesis de su proyecto de tesis doctoral: “La constitución de la investigación académica en el campo de comunicación y educación. el lugar de las perspectivas teóricas comunicacionales y las trayectorias de intervención social”, desarrollada en el marco del Doctorado en Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.
[1] Seleccionamos en principio cinco centros y/o grupos de investigación que constituyen nuestro principal campo material de referencia y a los que asumimos como estudios de caso en términos metodológicos. Los grupos constituyen los principales referentes académicos en Comunicación y Educación, por relevancia, trayectoria y nivel de institucionalización, lo que justifica su elección para el estudio. Esta elección no implica la inexistencia de grupos de investigación y/o investigaciones en comunicación y educación en otras regiones del País. No obstante es probable que estas regiones tengan vínculos institucionales y/o referentes académicos comunes con los casos que tomaremos.
UBA. Grupo de investigación con eje en la Cátedra de Comunicación y Educación, de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la facultad de Ciencias Sociales y con la facultad de Filosofía y Letras. En vinculación con el Instituto Gino Germani y en los programas de UBACyT. Es uno de los grupos en los que más se articuló en términos de producciones teóricas de investigación la relación entre comunicación y educación.
COMAHUE/ CURZA. En vinculación con la Universidad del Comahue y con el Centro Universitario Regional Zona Atlántica, existe en el marco del Profesorado en Lengua y Comunicación un área en Comunicación y Educación que desarrolla proyectos de investigación, algunos en vinculación con las experiencias de larga tradición en radios comunitarias de la zona.
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO y TANDIL, CENTRO DE COMUNICACIÓN EDUCATIVA (EDUCOM). Carrera de Comunicación Social. Es uno de los primeros centros que se conforman y sede de las Primeras Jornadas Nacionales en Comunicación y Educación en el año 1990.
UNER- CENTRO DE PRODUCCIÓN EN COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN, FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN. Es uno de los espacios de mayor producción teórica en comunicación y educación. Forman parte de él o están en vinculación referentes claves del campo.
UNLP. CENTRO DE COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN. PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN EN COMUNICACIÓN Y EDUCACIÓN. FACULTAD DE PERIODISMO Y COMUNICACIÓN SOCIAL. Es el segundo centro en conformarse en el año 1993. Tiene un nivel importante de institucionalización. Así como una propuesta explícita de articulación entre los proyectos de intervención y capacitación comunitaria del Centro y el Programa de Investigación.
[2] Al menos desde la perspectiva teórica desde la cual se entiende Comunicación/ Educación en el presente proyecto y que más adelante reseñamos.
[3] Estas trayectorias prácticas de intervención social con estrategias en comunicación y educación, también mencionadas como comunicación educativa (Barbero), educomunicación (Kaplún), Educación en Comunicación (Barbero, Castillo, Huergo) en su gran mayoría vinculadas a la “comunicación alternativa” en organizaciones sociales como el INCUPO (Instituto de Cultura Popular, fundado en 1970), a ALER, (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica), y vinculados a la Iglesia Católica el Centro Nueva Tierra y el Centro de Comunicación Educativa La Crujía.
[4] Para el rastreo de este núcleo de indagaciones preliminares fueron fundamentales los aportes y los autores proporcionados en el marco del Seminario de Metodologías de Investigación Social del Doctorado en Comunicación, (FPyCS) dictado por el Dr. Pablo Kreimer.
[5] Se tomará en cuenta en especial los trabajos de Robert Merton, Pierre Bourdieu, Karin Knorr-Cetina, Rosalba Casas Guerrero y Pablo Kreimer.
[6] En este aspecto la presente Tesis estará en diálogo permanente con el desarrollo de la Tesis doctoral que sobre la conformación del campo de la comunicación que realiza la Lic. Gabriela Cicalese.
[7] Se ubican aquí los aportes de los clásicos del campo: Jesús Martín-Barbero, Marta Quiróz, Delia Crovi, Jorge Huergo y Belén Fernández, Sandra Carli y Alicia Entel.
[8] Por razones de extensión del presente artículo no incluimos aquí los objetivos específicos.
[9] La autora cuestiona particularmente la analogía con la concepción de “capital” ya que en las relaciones entre los científicos no opera necesariamente la apropiación de trabajo ajeno sin lo cual cae la idea de “capital” siguiendo la teoría marxista de origen sobre la que Bourdieu propone la comparación. Ver KREIMER, P. Cfr. Bibliografía.
[10] Tampoco nos parece pertinente considerar el concepto de “paradigma” para dirimir la cuestión de la comunicación dada la ya clásica discusión respecto a la existencia de paradigmas, tal como Kuhn los propone en Estructura de las Revoluciones Científicas, y su ulterior especificación en la Posdata de 1969, para las ciencias sociales y la discusión de si se trata de disciplinas pre-paradigmáticas o a-paradigmáticas tal como plantea Follari en el cap. 7 de Epistemología y Sociedad. En cualquier caso parece al menos indicar que el término si bien pude ser útil como referencia, en particular en cuanto a la consideración de una “matriz disciplinar” no aportaría precisión en el desarrollo de la investigación en la que justamente la falta de consenso (aspecto no menor al referirnos a paradigma) en las perspectivas teóricas es uno de los nudos problemáticos.
[11] Ver entre otros MATTELART, A. y M. Historia de las teorías de la comunicación, Barcelona, Paidós, 1997; MARTÍN-BARBERO, J. De los medios a las mediaciones, Op. cit.; SCHMUCLER, H. Memoria de la comunicación, Bs. As., Biblos, 1997; ENTEL, A. Teorías de la Comunicación, Bs. As., Ed. Docencia, Universidad a Distancia Hernandarias, 1994; FORD, A. Navegaciones. Comunicación, Cultura y Crisis, Bs. As., Amorrortu, 1994.
[12] A lo largo del libro, que es uno de los antecedentes más próximos de la presente investigación, va a recorrer algunos de los hitos de esta relación entre tradiciones teóricas, representaciones y trayectorias prácticas en el campo de comunicación/ educación en América Latina.
[13] Con este mismo objeto se indagarán los autores teóricos de referencia, lo efectivamente planteado en los proyectos, presentaciones a Congresos y publicaciones.
[14] Desde los encuentros de ALAIC, que tiene un G.T. en Comunicación y Educación, hasta las Jornadas de Jóvenes Investigadores en Comunicación -que en su momento de mayor desarrollo fueron de los encuentros de mayor convocatoria de investigadores jóvenes en comunicación de la Argentina- tuvieron como una de sus dos áreas temáticas más numerosas a la de Comunicación y Educación.
[15]Asimismo, las investigaciones que se realizan dentro de la educación y que trabajan el tema de los medios masivos o de las nuevas tecnologías enfocan sus trabajos, la mayor parte de las veces, en los problemas específicamente pedagógicos y/o didácticos y no han abordado los problemas propios del campo. Las líneas más reconocidas específicamente educativas son las que trabajan la tecnología educativa (B. Fainholc) y sus derivaciones, o los trabajos de Edith Litwin. Una excepción a esta situación podría estar dada por las líneas de la pedagogía crítica, centradas en las líneas de los “pedagogos” (Peter Mc. Laren y G. Giroux) pero los grupos que trabajan cercanos a esta perspectiva y no se encuentran en las facultades de Comunicación, trabajan con vínculos institucionales estrechos con la carrera de comunicación, como es el Centro de Producción en Comunicación y Educación (CePCE) de Paraná, ubicado en la facultad de Ciencias de la Educación. Como afirma Sandra Carli (1998) “la problemática de los medios atravesó la escuela pero sin alternar medularmente la forma de pensar el o los sentidos de la educación desde el impacto cultural de las comunicaciones”.