Gabriel Cachorro* |
Escenarios y modalidades de la comunicación corporal
en los sujetos juveniles. Semblanzas generales
en los sujetos juveniles. Semblanzas generales
Contenido
Tema
Esta investigación se propone participar de un diálogo teórico con los estudios del cuerpo y la comunicación adoptando un punto de vista diferente a los existentes. Este desafío nos lleva a construir una perspectiva teórica de la comunicación corporal, aportando una clasificación y caracterización de sus distintas modalidades de aparición. Estos modos son analizados en las prácticas corporales y comunicacionales desplegadas por una muestra acotada de sujetos juveniles, en los escenarios que estos habitan. Aquí señalamos por separado las prácticas corporales y comunicacionales sólo con fines analíticos que nos faciliten entender la dimensión comunicacional del cuerpo. Debemos reconocer que las prácticas son a la vez corporales y comunicacionales existiendo una profunda imbricación entre cuerpo y comunicación. Es decir, el cuerpo pasa a ser una superficie de inscripción material donde se graban los códigos y reglas de una sociedad, ese cuerpo cuando despliega acciones lo hace teniendo al otro como gran referente, aun en su ausencia cuando se prepara en el bastidor para un encuentro social.
Un estudio detallado que descubre las múltiples y complejas maneras de configurar la comunicación corporal en el siglo XXI, encarnada en un grupo particular de jóvenes, puede generar un insumo conceptual valioso para la Educación Física al tratar dimensiones negadas y postergadas del cuerpo de esta profesión, alojadas en sus márgenes: su sexualidad, su subjetividad, su comunicación. (Estas dimensiones aplazadas en la Educación Fisica pueden apreciarse en el predominio de tres líneas fuertes en el enfoque disciplinar, que nos señala Crisorio Ricardo, a saber: el fisico-deportivo que “está adherida a la ciencia positiva y al deporte, comprometida con el paradigma del cuerpo de la medicina tradicional…”, el psicomotriz “para dar cuenta de esa solidaridad profunda entre psiquismo y cuerpo” y el pedagógico que tiene anclaje en el ámbito escolar en forma de contenidos significativos para ser incluidos dentro de una curricula).
En el campo de la Comunicación Social se ofrece este trabajo para descubrir las nuevas formas que utilizan los sujetos juveniles para poner sus cuerpos y resolver la comunicación corporal con los otros, inscriptos en escenarios de participación social en situaciones particulares de realización pero complejizados por las influencias de la globalización, la presencia de la cultura mediática y el atravesamiento de la multicultura. Se puede apreciar un proceso de mundializacion de la cultura, tal como lo señala Renato Ortiz, que si lo circunscribimos al terreno de las prácticas corporales podemos colocarnos en presencia de una revolución del cuerpo y la comunicación. En la generación de estos procesos de mundialización de las culturas, se desprende la construcción de una subjetividad corporal inédita.
La construcción de esta perspectiva teórica se hace necesaria teniendo en cuenta que los estudios existentes sobre la temática están englobados bajo el título de comunicación no verbal compilada por Marc Knapp, haciendo un abordaje de corte cercano al conductismo social y apelando a miradas muchas veces biologistas (en el sentido que se describen la anatomía de un físico, se referencian sistemas de funcionamiento de los órganos, se explican reacciones fisiológicas, y se plantean reacciones bioquímicas). Este tratamiento relega a un segundo plano dimensiones subjetivas del cuerpo y la comunicación. Ese espacio sin explorar y cubrir, nos deja abierta la posibilidad de explorar un terreno virgen del cuerpo y la comunicación, valiéndonos de aproximaciones en versión de reflexiones, ensayos, que merodean el cuerpo y la comunicación y que nos pueden servir para construir un enfoque alternativo al antes mencionado ofreciendo otras preguntas, problematizaciones sobre el cuerpo y la comunicación. En este sentido, como nuevo aporte, se propone participar desde un enfoque sociocultural, que contemple un relevamiento y representación de escenarios de la comunicación corporal configuradas con los jóvenes. La reconstrucción de estos escenarios de realización, con sus distintas parcelas y sectores de operación y tensión, nos sirve para reubicar el cuerpo en situaciones específicas de concreción y, así, desmontar una variada gama de comunicaciones corporales que guardan una estrecha relación de pertenencia y pertinencia con el lugar particular donde el sujeto está situacionalmente localizado, allí se trazan reglas sociales, se montan dispositivos, se interpretan las normas y se engendran subjetividades.
Tema
Este proyecto de investigación involucra dos grandes temas: la subjetividad corporal y la comunicación no verbal. Subjetividad corporal, como los modos de ser del cuerpo. Modos de relacionarse con el propio cuerpo y de los otros, las maneras de construir su identidad desde esa materialidad que es la carne. Comunicación no verbal, que se despliega en un espacio, a través de miradas, gestos, portes, posturas, movimientos y apela al empleo de indumentarias para presentar el cuerpo ante otros.
Toma como referentes empíricos, o materiales que nos sirvan para ver la temática, a los sujetos juveniles. Está referido, entonces, a las maneras con que los sujetos juveniles con sus cuerpos despliegan la comunicación corporal. Se pretende indagar las múltiples formas y modalidades de practicar la comunicación corporal en los sujetos juveniles, según los lugares donde estén ocasionalmente ubicados.
Nos interesa presentar distintos escenarios sociales. Estos escenarios son tomados como encuadres particulares que contienen reglas propias, pactos internos puestos en juego una y otra vez, códigos de relaciones que pueden tener cierta exclusividad o que pueden prolongarse hacia otros encuadres específicos. Los tomamos como casilleros de la vida social que son recorridos por los sujetos con áreas, parcelas, divisiones internas donde los sujetos se desenvuelven, buscan posicionarse con sus cuerpos, construyen relaciones sociales próximas y lejanas, despliegan trayectorias biográficas por sectores y en dicha participación hacen una apropiación subjetiva de una comunicación corporal.
El dibujo de los distintos escenarios donde se inscriben los sujetos opera como un contexto de significación utilizado para ver sus regularidades y disrupciones que se expresan en la actuación partiendo del supuesto de que los sujetos no están en el aire sino que se amarran a un universo de reglas sociales con las cuales debaten sus encrucijadas existenciales. En este punto podemos valernos de esta noción de universo que nos aportan Berger y Luckman o tal vez en los señalamientos de Castoriadis acerca de un orden imaginario, simbólico y funcional dentro de una sociedad y sus instituciones. El trabajo propone encontrar claves de interpretación para entender lo que dice el cuerpo (de fondo) cada vez que se pone en escena movilizando sus códigos de comunicación a través de groseros movimientos, sutiles desplazamientos, descargas paroxísticas, los usos de diferentes vestuarios. Cuerpo y comunicación constituyen conceptos profundamente imbricados en tanto el despliegue del cuerpo es un acto de comunicación que lleva un destinatario que es el otro (“chico” si nos referimos a los sujetos de carne y hueso que nos rodean en nuestro entorno inmediato y “grande” si nos referimos a los discursos sociales que crean mandatos y convenciones compartidas por una cultura que se encarnan en los actores).
Este proyecto se propone estudiar, desde una mirada etnográfica, la comunicación corporal como producción de sentidos y significados sociales (movilizados a partir de esta necesidad ineludible del otro) negociados entre sujetos que protagonizan la comunicación corporal en los incontables laberintos de estos escenarios sociales.
En esta perspectiva, la comunicación corporal puede ser una llave de acceso a la comprensión de una subjetividad del cuerpo entretejida por los distintos sujetos que se relacionan en medio de reformulaciones socioculturales que se materializan en regiones puntuales: una escuela, un club, un gimnasio, una rambla, un bar. Se tiene en cuenta a la comunicación corporal como un concepto que se desprende de la participación insustituible de los sujetos estableciendo complejas tramas de relaciones sociales, en coordenadas de espacio y tiempo específicas, anclados en vidas cotidianas (Entendiendo por esta categoría teórica lo que tiene cierto orden continuo y previsibilidad de las escenas) y no cotidianas (lo que rompe una rutina a partir de las situaciones azarosas y contingentes, el evento excepcional muchas veces impredecible, sorpresivo e incierto. A veces no esperado, no vaticinable). En dicha participación se producen los atravesamientos de la cultura y de las instituciones sociales que configuran formas de comunicación corporal, puestas en juego por los sujetos. En este marco sociocultural, las indagaciones sobre la comunicación corporal, tratan de localizar los recursos y competencias de los sujetos para resolver su inclusión en una trama de relaciones sociales y de la vida cultural.
Este tema de investigación sugiere presentar de manera organizada los posibles escenarios sociales (o casilleros de la vida social por donde pasan los sujetos durante el día) de aparición de la comunicación corporal y describir sus particularidades; se focaliza en una pequeña parcela de realidad, como muestra donde se desmenuzan las prácticas corporales y comunicacionales desplegadas por los sujetos para entender la construcción de sentidos y significados culturales que se encarnan en el cuerpo de los sujetos en el despliegue de la comunicación corporal. En este sentido se hace un recorte sobre ciertos sujetos juveniles, participando en particulares anudamientos dentro de los incontables intersticios del tejido social: las discotecas, las salas de videojuegos, las calles de la ciudad. Se sigue tras los pasos de estos referentes desmontando en cada casillero la trama de relaciones que se orquestan entre los participantes.
Se retoman el análisis y estudio de la tradicional comunicación corporal cuerpo a cuerpo entre los sujetos (donde el cuerpo se expone, por ejemplo, con su materialidad en las citas callejeras para compartir la práctica del skate en una rampa) y la proliferación de comunicaciones corporales mediadas por las intromisión de las nuevas tecnologías de la comunicación (en un diálogo despersonalizado a través de un teléfono o la sesión masturbatoria de los onanistas que consumen revistas pornográficas o contemplan videos condicionados en el anonimato) que configuran una nueva subjetividad en el cuerpo de los sujetos, generando relaciones con cuerpos tangibles con el que además se entabla una relación de entrega e inmersión, de compromiso acordado que logra anclaje y profundidad (aclaramos que esto no excluye la posibilidad que un sujeto esté presente físicamente y experimente una distancia emocional) e intangibles, interacciones con objetos virtuales como los dibujos animados, vinculaciones con cuerpos de sujetos simulados o relaciones virtuales con cuerpos desconocidos. Esto nos da la posibilidad de desplegar una elegante toma de distancia con una regulación de los acercamientos moderado por nuestros deseos de estar con el otro. Ubica a la comunicación corporal en la relación inestable e intercambiable cuya tendencia diluye la relación con el otro. El compromiso es manejable con otras estrategias más escurrididizas contando con un elemento a favor no es necesario poner la cara.
Aquí aclaramos que la situación de enfrentamiento cara a cara no asegura ese compromiso con el otro pero sí lo puede facilitar enormemente. Consideramos también que puede invertirse el compromiso con la alteridad, por ejemplo, cuando un actor está con otro actor pero pensando en un tercero ausente o compromete su atención a las imágenes audiovisuales de la televisión observando con aguda concentración las alternativas de un emocionante partido de fútbol.
Considera como material de trabajo para ser interpretado: los gestos, las señales corporales, la mirada, la vestimenta, el porte, la postura, el aspecto exterior pero pretende rebasar esta dimensión fenomenológica para estudiar los procesos sociales que dan sentido a estas prácticas corporales y comunicacionales puestas en escena. Es decir, quiere pasar de la descripción externa de un cuerpo como organismo, a la interpretación de sus mensajes corporales cargados del peso contextual. En este sentido se desentiende de las conductas de los cuerpos vaciados de contenidos culturales y de visiones universalistas del cuerpo. Su tratamiento se refiere a la construcción de la subjetividad del cuerpo, condicionado por situaciones particulares de gestación. Esta subjetividad corporal remite a una dimensión constitutiva de los sujetos, más profunda, secreta y oscura.
La comunicación corporal no es contemplada como un repertorio de gestos técnicos codificados de unívoca lectura, ni un listado valorativo de buenos modales tratados como convenciones fáciles de traducir desde el sentido común. En vez de ello, busca explicar la comunicación corporal como un elemento emergente de un contexto que ofrece una coyuntura particular en el tiempo y el espacio, enredándose con problemáticas socioculturales en incesante transformación que se activan en los escenarios donde se interactúa y se encarnan en el cuerpo de los sujetos. En este proceso, se generan distintos tipos de construcciones sociales susceptibles de ser transformadas en sus prácticas.
* El autor es Magister en Desarrollo Educativo por la Universidad Pedagógica Nacional de México y este trabajo constituye un avance de investigación de su tesis doctoral “Cuerpos juveniles: Comunicación, escenarios y prácticas” llevada a cabo en el marco del Doctorado en Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, UNLP.